viernes, 28 de septiembre de 2012

De impuestos y tributos a cuotas y contribuciones

Traducción de De impostos i tributs a quotes i contribucions

Hace tiempo que me rondaba por la cabeza una entrada sobre el tema del fraude fiscal y la visión que tenemos de él. La argumentación era que, en círculos pequeños, no pagar lo que nos corresponde está mal visto por el resto de personas implicadas, pero cuando llegamos a cierto nivel, el defraudador pasa a ser una persona a admirar. Sería impensable que te encontraras en el ascensor un vecino que te dijera:
  • Este año he conseguido pagar sólo la mitad de las cuotas de la comunidad porque tengo al administrador engañado.
En cambio, no nos sorprende mucho que el mismo vecino nos diga:
  • Este trabajo lo he hecho sin IVA, porque sino me sale demasiado a pagar de la renta.
En ambos casos, el otro nos está pasando por la cara que él se ahorra un dinero que tendremos que cubrir entre todos los demás, pero en el primer caso seguramente le cantaremos las cuarenta por insolidario y en el segundo a lo mejor lo felicitaremos por lo listo que es.

Mi propuesta para paliar este problema era cambiarle el nombre a los impuestos. La raíz de la palabra está clara: un pago que impone alguien con poder a sus subordinados. En esta misma dirección va la palabra tributo: rendir honores y pleitesía a los vencedores por parte de los vencidos. Es evidente que estas palabras sugieren injusticia y justifican la resistencia.

Si nos apuntamos a un gimnasio o pertenecemos a una comunidad de vecinos, pagamos una cuota, o sea una parte de los gastos para cubrirlos entre todos. Un sentido similar tiene la palabra tasa, una aportación proporcional a un servicio que se está recibiendo. Más evidente aún es el término contribución, que sugiere esfuerzo en común para obtener algún beneficio.

Después de todos estos razonamientos iba a concluir que quizás sería bueno cambiarle el nombre a los impuestos y tributos por cualquiera de estas otras opciones, de forma que representara mejor el carácter de repartición solidaria de los gastos comunes de toda la sociedad. Así, también se podrían introducir palabras como aportación o canon, potenciando el significado de asunción conjunta de los gastos y proporcionalidad con respecto a unos criterios establecidos.

La verdad es que, a medida que he ido escribiendo la entrada, me he dado cuenta que, actualmente, los impuestos y los tributos son eso: un dinero tomado por una imposición de los poderes establecidos, que está sirviendo para rendir tributo a los mercados y los poderes financieros, que son los que nos han ganado la batalla con la deuda y la prima de riesgo. Los gobernantes que nos imponen todos estos pagos, a menudo diezman la recaudación con su cuota de corrupción (quedé impactado con el vídeo de café con leche sobre la gestión de la sanidad en Cataluña).

Así las cosas, quizás es mejor dejar los nombres de impuestos y tributos. Quizás sí que tendremos que acabar creando una agencia de contribuyentes, no catalana, sino social. Una agencia que recaude lo que necesitamos para construir la sociedad que todos queremos, con sanidad y educación para todos. Y la deuda que han contraído, que la paguen ellos, que a nosotros nadie nos consultó si queríamos gastar más de lo que teníamos.

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