lunes, 31 de diciembre de 2012

Supersticiones

Traducción de Supersticions

Corren tiempos difíciles para los supersticiosos. Yo no lo soy porque una vez me dijeron que daba mala suerte, pero sufro por ellos, a punto de empezar el año 2014 - 1 (evitaremos estresarlos más de lo estrictamente necesario). Y es que llueve sobre mojado, porque la globalización, tan alabada y tan vilipendiada a la vez, nos ha hecho compartir los malos agüeros de otras civilizaciones lejanas, tanto en el espacio como en el tiempo. Así, nos hemos pasado el año 2012 pendientes del 21 de diciembre, a la espera de un cataclismo anunciado por los mayas. Parece que al final estaban equivocados, aunque no sé si se puede afirmar de manera taxativa, viendo cómo van las cosas. Y es que ahora parece que los mayas aludían a un cambio de ciclo y, en este sentido, quizás no se equivocaban tanto.

En Cataluña hoy es el día del "home dels nassos", un hombre con tantas narices como días tiene el año. Como cada 31 de diciembre, hacemos balance y examinamos las perspectivas para el año que viene. Todo apunta a que hará honor al número 13 que lleva. El gobierno de Rajoy ya auguró un año muy duro con un primer semestre con más recesión. Esto puede significar, extrapolando las previsiones que han ido haciendo hasta ahora, que la recesión durará todo el año que viene, por lo menos. En un momento como este, cada uno se hace un poco la composición de lugar que más le cuadra para el futuro porque, hoy en día, creo que no se puede predecir. Como mucho, se puede adivinar.

De lo que me ha ido llegando, lo que más me ha convencido son las voces que apuntan a que los mayas tenían razón, que la cultura de la abundancia y el derroche en que hemos estado sumergidos está agotando el crédito de que ha ido tirando, y que lo que tenemos delante es un cambio de sistema, no una crisis más. Por el momento no es una tesis que se exprese desde posiciones oficiales, supongo que es porque debe ser difícil de vender.

Últimamente he recordado las explicaciones que le dieron a un compañero de trabajo en un curso de estos sobre habilidades personales, referente a lo que es buena suerte y lo que es  mala suerte. Se escenificaba a través de un indio de los que destilan la sabiduría a través de sus pocas palabras. Se iban proponiendo diferentes situaciones y el occidental iba diciendo "buena suerte" o "mala suerte", mientras que el indio iba respondiendo "depende". Así, que te toque la lotería es buena suerte, pero si te raptan el hijo para robarte la nueva fortuna recibida, es mala suerte. O no poder hacer un viaje por romperse una pierna es mala suerte, pero si el avión al que ibas a subir se estrella, ha sido buena suerte.

El panorama que se nos presenta creo que nos obligará a prescindir de muchas comodidades que tenemos hoy en día, pero quizás nos hará ver que somos más sus esclavos que sus amos. Tendremos que ahorrar recursos, pero quizás seremos más conscientes de la afortunados que somos al disponer de ellos. No tendremos acceso a las diversiones costosas que tenemos ahora, pero quizás nos daremos cuenta que no las necesitamos realmente. Seguramente peco de optimista, pero creo que, en parte, nos veremos obligados a salir de la rueda de consumo que muchos teníamos claro que nos está comiendo, pero que con la que nos cuesta tanto romper, dado como se ha montado la sociedad estas últimas décadas.

Me gusta pensar que el futuro negro que nos auguran para el 2013, es el túnel que nos lleva a un mundo más auténtico, donde nos preocupemos más por las cosas que realmente son importantes, y dejemos de perder el sueño por banalidades que se nos comen la vida y que nos impiden disfrutarla.

Es por todo esto que me veo capaz de desearos un muy buen 2013, con la esperanza verdadera de que lo será.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Semántica emocional

Traducción de Semàntica emocional

Esta semana hemos tenido otra perla de uno de estos independentistas esparcidos por la península. Se trata del que había sido alcalde de A Coruña por el partido socialista, Francisco Vázquez. Resulta que condena que se castigue a los niños por hablar en su lengua materna en el patio de la escuela y lo compara con el nazismo. Y bien pensado, está muy bien que salgan declaraciones como éstas, ya que, mientras hoy en día veo como, de forma habitual, los niños se expresan en el patio de la escuela de manera indistinta en ambos idiomas, recuerdo que no era así cuando yo iba a la escuela, antes de que muriera Franco. Así pues, ya está bien que se empiece a equiparar el franquismo con el nazismo también desde los sectores que han sido tradicionalmente reacios a hacerlo.

Pero cuando comentaba este tema hoy con un compañero, él me ha recordado que todos los que hacen estas declaraciones no se consideran nacionalistas, sino patriotas. Y es cierto. Tanto en el caso de García Margallo como en el de Aznar, han contrapuesto los perniciosos nacionalismos a su buen patriotismo. El argumento es que se utilizan los sentimientos de la gente para supeditar a una idea y manipularlos a través de ella. Pero para mí, si nación tiene un componente sentimental, patria es sentimiento puro. De hecho, García Margallo, decía que el nacionalismo ponía la gente al servicio de una nación absoluta y que él, en cambio, no es nacionalista pero sí patriota, porque ama España. Picado por la curiosidad, he mirado las definiciones de la RAE:

patria.
  1. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.
  2. Lugar, ciudad o país en que se ha nacido.
nación.
  1. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno.
  2. Territorio de ese país.
  3. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.
Como podéis ver, la primera acepción de patria es una nación con el aditivo de los lazos jurídicos, históricos y afectivos. Así pues, tiene un componente emocional más acentuado que nación. De hecho, no me imagino un cuartel de la Guardia Civil con el cartel Todo por la nación. Lo que se invoca para enviar un soldado a dar la vida en una guerra no es que debe ser un buen nacionalista, sino un buen patriota.

De todos modos, si lo que temen es que los sentimientos gobiernen por encima de la razón, la solución que proponen con tanta insistencia, añadiendo día a día más partidarios a la independencia, los dejará satisfechos. Porque está claro que la palabra estado tiene mucha menos carga afectiva aún. De hecho ni existe la palabra estatalista, o cualquier otra que indique afección o defensa de un estado.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Anonimatos

Traducción de Anonimats

En pocos días, varias situaciones diferentes me han llevado al tema del anonimato y la privacidad. Una de ellas fue el programa de Jordi Évole sobre el fraude fiscal pobre y el fraude fiscal rico. En un momento de la entrevista final a la encargada de hacienda del PP, él le preguntó porqué el PP había votado en contra de que se publicara la lista de titulares de grandes fortunas en cuentas suizas. Ella se escudó en el derecho a la intimidad que tildó de "sagrado" en este país.

Otro día estábamos comentando en el trabajo un nuevo modelo de gestión pública, llamado Open Govenrment, en el cual, entre otras cosas se planteaba hacer consultas a la población de una manera mucho más frecuente, usando medios informáticos. Y salía el tema que uno de los inconvenientes que se planteaba era la dificultad en asegurar que el voto siguiera siendo secreto.

La verdad es que todos damos por bueno el hecho de que se proteja esa intimidad en dos aspectos como las posesiones de cada uno o los posicionamientos políticos. No diré que sea absurdo, pero sí creo que sólo se justifica cuando la sociedad donde estamos no acaba de funcionar.

Alguien puede querer esconder su fortuna si tiene miedo de que le roben o  lo secuestren para arrebatársela. Un motivo para esconder las propias creencias u opiniones políticas puede ser evitar represalias por parte de los que tienen poder sobre nosotros. Pero si en nuestra sociedad la violencia estuviera bien controlada, lo lógico sería que los bienes de todos fueran conocidos. Si se han obtenido de una manera lícita, fantástico. Si los métodos para obtenerlos no ha sido suficientemente ortodoxos, el hecho de que tuvieran que ser públicos sería un obstáculo más.

En el caso de las votaciones, también veo mucho mejor que todo el mundo pueda saber lo que votan los demás. Hace poco leía que en Suiza, donde se hacen muchos referendos, acaban aprobando leyes que atentan contra los derechos de las minorías, como por ejemplo una prohibición para levantar minaretes. Otro ejemplo era la propaganda de Plataforma per Catalunya en estas últimas elecciones: Tú lo piensas, yo lo diré en el Parlament. Implícitamente está aceptando que puede haber gente que se avergüence de reconocer una determinada postura política, pero que se refugia en el anonimato del voto para impulsarla. Yo creo que un voto es algo suficientemente importante como para que quien lo da se haga responsable de lo que está decidiendo. Si realmente no quiere que se le identifique con aquel posicionamiento, que no lo vote. En caso contrario viene a ser como tirar la piedra y esconder la mano.

Repito que puedo entender que, en determinados casos, la verdadera libertad sólo se puede dar desde el anonimato, ya que ir a cara descubierta puede suponer dejar indefensos a los más débiles. Pero hay que tener en cuenta que, en un mundo donde cada uno es celoso de su intimidad, quienes tienen más posibilidades de romperla son el estado y los poderosos. Si el estado es legítimo y democrático, no tiene porque ser un problema, pero en el caso de los poderosos, sí lo puede ser, porque juegan con cartas marcadas. Entonces mejor que el póquer sea descubierto.

De todos modos, más allá de las estrategias, para mí la intimidad no debería ser un valor sagrado, sino un mal menor. La verdadera libertad se ha de conseguir desde la responsabilidad de los actos de cada uno, tanto en las posiciones políticas que adopta, como en los bienes de que dispone. Hay que tener en cuenta que, en el mundo finito en que vivimos, los bienes que pertenecen a alguien dejan de estar al alcance de los demás.

martes, 4 de diciembre de 2012

Catalizadores

Traducción de Catalitzadors

Dada una reacción química, un catalizador es una sustancia que no es uno de los componentes de la reacción, pero que interviene facilitandola, haciendo que la energía necesaria para que se produzca sea mucho menor que si no estuviera presente. ¿Queréis un ejemplo de catalizador? ¡El PP! Tenemos una reacción a medias entre CiU y ERC, que no acaba de tener toda la química necesaria. En el eje nacional parece que combinan bastante bien, mientras que en el social tienen un encaje difícil. Y entonces viene el PP con su elemento milagroso, la Wertita, y hace una ley de enseñanza que torpedea la política educativa que apoyan tanto los resultados obtenidos hasta ahora, como la mayoría de partidos del Parlament de Catalunya. Resultado: aumenta la presión en el eje nacional y es posible que el eje social quede en un segundo plano.

En esta entrada no quiero hablar de la propuesta de ley en concreto, sino de por qué se ha hecho y por qué se ha hecho ahora. De todos modos, y por si había alguna duda, estoy en contra.

Una primera explicación sería el principio de Hanlon: No atribuyas a la maldad lo que pueda ser explicado por la estupidez. En este primer escenario, la prepotencia de la mayoría absoluta del PP podría haber interpretado los resultados de las elecciones como una debilidad del nacionalismo y haberse decidido a profundizar la política recentralizadora que ya habían empezado a llevar a cabo. Según esto, no considerarían en modo alguno la posibilidad de éxito de cualquier maniobra independentista. En esta línea irían algunos comentarios que leí ayer, en los que se decían que habían esperado a después de las elecciones para no hacer perder votos al PPC.

Yo me inclino por una explicación más paranoica, basada en un análisis de los que resultarán beneficiados con estas actitudes del PP. Desde la manifestación del 11 de septiembre (de hecho, antes también), la actitud del PP ha sido un incentivo clarísimo para la causa independentista. Si ya se habían esperado a que se hicieran las elecciones, ¿por qué no esperar también a que se constituyera el gobierno? Con esta actuación están empujando a ERC a pactar con CiU, porque a buena parte de las bases de ERC le entrará más prisa todavía. Y la prisa no es buena compañera de negociación. Siendo así, podría darse el caso de que CiU lograra un pacto de gobierno más cercano a sus posturas. Esto lo devolvería en parte al camino que había postulado Mas durante la campaña: que sea CiU quien lleve la voz cantante en el proceso de negociación de la independencia. Una negociación que al final podría dejar dos estados dibujados según el gusto de las políticas económicas de CiU y PP.

Otra posibilidad es que ERC se mantenga firme en sus condiciones de cambiar la política de recortes en sanidad y educación. Si el acuerdo con ERC no fuera posible, CiU podría rebajar su mensaje interdependentista a cambio de que el PP rebajara el suyo recentralizador. CiU habría conseguido otra victoria para el país, impidiendo las políticas casposas del PP. El PP, por su parte, Habría parado la deriva independentista y ambos podrían seguir con sus recortes respectivos y con sus indultos a los inculpados por corrupción o torturas. Y a los que no se acaben de tragar esta sopa, se les pueden regalar unas preciosas balas de goma.

En los dos últimos casos, tanto si se llega a una independencia negociada entre PP y CiU, con el beneplácito de mercados y Merkels, como si se alcanza un acuerdo entre PP y CiU que le lave la cara a la actual política autonómica del PP y pueda ser vendido como un avance, se habrá conseguido hacer tragar más fácilmente lo que realmente les importa, que es la destrucción de las estructuras de servicios públicos en favor de empresas privadas y entidades financieras.

Según estos planteamientos, la respuesta a la pregunta es que la propuesta de ley supone poner más alto el listón para que un posible resultado sea aceptado como bueno. Algo parecido a lo que se hizo con las pensiones, que se obtuvo una porquería de pacto, pero comparado con lo que podía haber sido, era muy bueno. ¿Y el momento? No es que no lo hicieran antes de las elecciones para no asustar al voto, sino que lo han hecho después porque es cuando lo necesitan, porque les hace falta un empuje para volver al camino que se habían marcado con el objetivo de la mayoría absoluta. Sí, como veis, mi teoría es que PP y CiU están muy bien coordinados.


PD: Para los chistmalistas convencidos, hay una explicación eTimológica de la condición catalizadora del PP. La palabra catálisis viene de cata, que hace referencia a un país al noreste de la península ibérica y lisis, que viene del griego y significa descomponer, desmenuzar. Así pues, un catalizador es el que descompone o desmenuza Cataluña. Ya sé que argumentos como éste le restan al bloque la poca credibilidad que pueda tener, pero no se puede hacer más: cada uno es como es ...

viernes, 30 de noviembre de 2012

Ganarse la muerte

Traducción de Guanyar-se la mort

"Ahora ya me puedo morir". Acabas de hacer algo de lo que te sientes orgulloso, o de vivir una experiencia que te ha llenado, y dices esta frase. ¿Tienes ganas de morirte? ¡En absoluto! Sencillamente, sientes que le has dado un poco más de sentido a tu vida, a tu paso por este mundo.

Muchas religiones hablan de vida más allá de la muerte y la describen de diversas maneras. Podemos creer en ello o no, pero todos estaremos de acuerdo en que nuestra vida sigue presente en las de los que nos rodean, más allá de nuestra muerte. En algunos casos durante miles de años, en otros quizá sólo durante dos o tres generaciones. Algunos lo expresan con el dicho de que antes de morir hay que tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. Para otros, los elementos con los que perdurar serán diferentes. Al replicante de Blade Runner le duele que todos sus recuerdos extraordinarios se pierdan como gotas de agua en la lluvia.

Pero el sentimiento de "ahora ya me puedo morir" va más allá de la perdurabilidad de nuestra huella. Es un sentimiento más personal que no necesita de un legado. Lo más importante es que la película que dicen que ves unos instantes antes de morir, la película de tu vida, te haga aplaudir al final y no te deje con aquel regusto de haber tirado el dinero de la entrada.

La perdurabilidad en la memoria de los que te rodean, la huella que dejas en ellos, está ligada al sentido que le hayas dado a tu vida. Todos conocemos gente que consideramos excepcional y otros que parecen estar en este mundo para que haya variedad. Pero, aunque vayan ligadas, en el fondo son dos cosas diferentes. Ir a buscar el legado para la posteridad nos puede llevar a traicionarnos. Dicen que puedes engañar a todo el mundo durante un tiempo y algunos para siempre, pero no puedes engañar a todo el mundo para siempre. Yo añadiría que, en la última instancia, a quien no puedes engañar es a ti mismo. Y menos cuando estás viendo la película final.

Si creemos que la vida es un regalo que nos han hecho para que lo disfrutemos, cada vez que llenamos la nuestra de sentido nos estamos ganando el derecho a una muerte digna. Nos estamos acercando a una película final que cuando acabe nos haga pronunciar en paz la frase "ahora ya me puedo morir".

Es por todo ello que creo que muy a menudo nos equivocamos. Lo importante no es ganarse la vida, sino ganarse la muerte.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Consulta popular 2

Traducido de Consulta popular 2

Esta segunda parte nace de comentarios que ha recibido la primera y pretende dar pistas acerca de la pregunta ¿Y ahora qué? Hacer quinielas en un blog como este es cómodo, porque si la acierto podré presumir de que yo ya lo había predicho, mientras que, si me equivoco, tampoco se acordará tanta gente. Vamos a juntar las diferentes piezas del rompecabezas, a ver si nos encajan.

En primer lugar, CiU. Aunque creo que se puede hablar de fracaso, dadas las expectativas con las que encaró las elecciones, está claro que lleva mucha distancia al resto de partidos, tanto en escaños como en votos. Partiendo de este punto, parece claro que, en la práctica, el único que puede presidir un gobierno elegido por este parlamento es Artur Mas. Es verdad que la suma de ERC, PSC e ICV-EUiA supera a CiU, pero CiU y PP deberían permitirlo. Tampoco veo muy claro que tengan ganas de repetir el tripartito con el parlamento actual y los diferentes posicionamientos que tienen sobre el tema del referéndum. Vamos a ver, entonces, qué opciones hay para CiU. De momento parece claro que votarán en contra ICV-EUiA, Ciutadans y CUP, o sea 25 votos. Dado que CiU tiene 50, ERC 21, PSC 20 y el PP 19, necesita el voto favorable de uno de estos partidos o la abstención de dos para formar gobierno.

Antes de entrar a sopesar las distintas posibilidades, quería abordar un punto que creo que se explicita poco. Hay una corriente de opinión que dice que hay que ir a por la independencia y luego ya nos organizaremos. Dentro de este grupo me pareció ver a Alfons López Tena en el debate. ERC también tiene algunas veces este punto, pero me parece que no tan exagerado. Pero CiU no lo tiene en absoluto. Según mi punto de vista, CiU e ICV-EUiA priorizan sus modelos sociales respectivos sobre el proceso de independencia. Iniciativa lo ha dejado bien claro durante la campaña. De CiU lo deduzco por el entramado de eufemismos que ha ido usando, por los frenos de Duran y por la negativa a fijar una fecha cercana y dar de margen toda la legislatura. De hecho, el electorado lo ha percibido así también, y los que ponen en primer término la independencia han ido a parar a otros partidos. Los únicos que no lo han querido ver así han sido el PP y el PSC, pero creo que por intereses electorales principalmente.

Y CiU quiere un estado propio, o sea, un estado que le sea propio, que siga su modelo. Un estado con pago por uso: desde los medicamentos hasta los peajes. Un estado con una reforma laboral más "moderna" que la actual. No me lo invento, lo dijo en la entrevista que le hizo Jordi Évole. Seguramente querrá un estado con un fuerte componente de gestión privada, como ha defendido desde siempre CiU. Un estado que tenga contentas a las grandes empresas y en el que los ricos se sientan a gusto y no "tengan" que llevarse el dinero para no pagar demasiado impuestos.

El nuevo estado no será igual se llegue como se llegue. Se puede pactar con España y la UE una asunción de una deuda mayor a cambio de una transición tranquila y no traumática para las grandes empresas, sin ruido de boicots, por ejemplo. Una deuda más alta no deja de ser una justificación adicional para la austeritocracia. Es posible que se establezcan tratados por el camino a la independencia que pueden dejar hipotecado el nuevo estado para los próximos años. Yo creo que en Mas pedía la mayoría excepcional para poder hacer todo este proceso con autonomía, sin depender de apoyos externos. Por el mismo motivo, me gusta que ICV-EUiA no haya desvinculado en ningún momento el derecho a decidir sobre el nuevo estado del de decidir sobre las políticas a aplicar. Creo que es la manera de no dejarse a nadie por el camino, por la travesía del desierto que nos anunciaba Mas.

Vamos pues a ver los diferentes encajes posibles. CiU y ERC juntos tienen mayoría absoluta. ERC ya se ha ofrecido a hablar, pero de momento se decanta por la opción de apoyar sin participar en el gobierno. Las condiciones que le pone para facilitarle la investidura son que apueste fuertemente por el referéndum, que se desmarque del PP y que afloje con los recortes. La primera condición no sería un problema en principio, aunque los ritmos de ambos partidos son diferentes. CiU habla en todo momento de los próximos cuatro años, mientras que ERC no creo que quiera ir más allá del 2014. ERC tiraría más por el camino del medio, mientras que CiU iría con más pies de plomo, seguramente. Los otros dos puntos van muy ligados, porque CiU y PP comparten la misma manía privatizadora y neoliberal. De hecho, en este aspecto creo que el alumno es el PP. Y ayer ya salieron algunos empresarios diciendo que preferían que CiU no pactara con ERC, porque detener los recortes y aumentar los impuestos a los ricos haría huir el dinero. Siempre existe la posibilidad de que ERC pierda el norte con la zanahoria de la independencia y acepte seguir adelante sin parar los recortes. Supongo que es lo que querría CiU, pero le supondría un desgaste muy importante a ERC de cara a sus electores. Aun así, si accediera, sería como una situación excepcional y a base de que el proceso fuera muy rápido, cosa que no creo que CiU acepte. Por otra parte, si ésta fuera la opción, PP y PSC votarían en contra, o sea que no valdría la abstención de ERC, sino que debería votar a favor.

Seguimos con el PSC. Para los empresarios que mencionaba antes sería la opción buena. El lunes Mas y Duran habían salido diciendo que hablarían con ERC y con el PSC, pero habían dejado explícitamente fuera al PP. Quizás es por eso que los empresarios ya no lo tuvieron en cuenta. Pero, en teoría, CiU y PSC son opuestos en los dos ejes: el de la independencia y el de las políticas sociales. Así pues, un gobierno juntos es prácticamente imposible. Un voto a favor por parte del PSC lo hundiría ante los electores que le quedan. Y la abstención sólo podría justificarse si se abstuvieran también ERC y PP, o sea, si CiU no hubiera pactado condiciones con ninguno de los otros candidatos a socio. Y sí, antes habéis leído bien. He dicho que son polos opuestos "en teoría". En la práctica, la interdependencia de Mas y el federalismo del PSC no son tan opuestos. El programa del PSC habla de interlocución directa del parlamento catalán con el parlamento europeo en los aspectos que sólo dependen de la nación federada. En paralelo propugna un aumento del protagonismo del parlamento y el consejo europeos, en detrimento de los estados actuales, con una unión política, económica, fiscal y social. Vamos, que si esto acabara funcionando, no sería tan diferente de la interdependencia de Mas. En cuanto a la política social, es evidente que no es lo mismo CiU y PSC, pero tampoco diremos que quienes hicieron la reforma laboral de 2010 y cambiaron la Constitución para añadir el techo de la deuda sean izquierda radical. De hecho, los empresarios parece que los prefieren.

Finalmente está el PP. CiU lo ha descartado de entrada y está apelando a la responsabilidad de ERC y/o PSC para conseguir montar un gobierno. Pero si al final tanto unos como otros deciden no abandonar lo que ha sido un importante caballo de batalla para el PSC durante la campaña, y lo que forma parte del programa de ERC, CiU deberá comprometerse a rebajar el ritmo de recortes y a comenzar a sacar dinero de otro lado. Ahora bien, Francesc Homs ya va tocando las trompetas del infierno estos días, anunciando que en 2013 habrá que recortar lo mismo que los dos últimos años juntos y lloviendo sobre mojado. El PP dice que mantendrá la aportación en Cataluña, como es su deber. Pero pueden comenzar a presionar con multas y sanciones, como ya han hecho alguna vez, si no se siguen las políticas de austeridad marcadas por el gobierno central. Entonces CiU puede apelar a la responsabilidad como ya ha hecho hasta ahora y dejar que el PP les eche una mano en la investidura y en los presupuestos. Al fin y al cabo, no son tan diferentes de los que haría el PP. Queda el problema del referéndum. Con apoyo del PP, habrá que aplazarlo. De momento no se les ha escapado el más mínimo comentario de que esto pueda ocurrir. Pero si nadie les apoya ... qué pueden hacer? De hecho, la culpa es del pueblo, que no le ha dado la gana de darles mayoría absoluta (como diría Santiago Segura, La culpa es de los padres que las visten como p...). Y ellos son los únicos que son lo suficientemente responsables para sacrificar los intereses del partido haciendo avanzar Catalunya por el único camino existente para salir de la crisis. Nunca se hubieran perdonado dejarnos caer sólo por lucimiento personal. Un poco de azúcar y miel de las teles, radios y periódicos responsables y ya tenemos una reelección dentro de cuatro años.

Hay una última alternativa. Si no puede formar gobierno se convocan elecciones otra vez. Serían tres elecciones en poco más de dos años. ¿Cuál sería el resultado? Quizás habría menos abstención. Ahora que se ha visto que la CUP puede tener representación, es posible que recogiera más votos. Quizás también Ciutadans aumentaría, porque sería como para desencantarse más de la clase política. Pero CiU caería en picado al no tener margen para enderezar la situación. Cediendo al caramelo del PP, sin embargo, tiene cuatro años de gracia para ver qué pasa y, de paso, privatizar algo más todo lo que pueda.

Así pues para mí la opción más probable es que CiU acabe gobernando en solitario con apoyos puntuales del PP para los recortes. Se seguirán peleando de cara al público. Seguirán dándose las culpas de lo que deben hacer y culpando también a la Unión Europea. Y el referéndum-consulta irá quedando en un segundo plano. Porque a CiU no le vale cualquier independencia, sólo la que nos lleve a un estado que sientan como propio.

De todas formas, si esto pasa tampoco creo que agoten la legislatura. La gente está cada vez más harta, y cada vez tiene menos que perder. Espero que no les dejemos hacerlo y que salgamos a la calle pacíficamente hasta que los derribemos.

martes, 27 de noviembre de 2012

Consulta popular

Traducción de Consulta popular

Unas elecciones muy extrañas, ¿verdad? Al terminar el recuento no me lo podía creer. Iba creciendo en mi el convencimiento de que CiU no sacaría la mayoría absoluta, sobre todo los últimos días antes de la votación. Incluso tenía la esperanza de que bajaran, pero no me habría atrevido a predecir una pérdida como la de ayer. El resultado fue un regalo para mí. Me confirmó que la sensación que tengo de que la gente está diciendo basta, no es sólo un deseo mío, sino que está convirtiéndose en una realidad.

Es cierto que han ganado las elecciones, a pesar de haber aplicado sus políticas de la mal llamada austeridad. Pero su objetivo era poder liderar un proceso en solitario y se han quedado muy lejos, de hecho mucho más que antes. Y eso no era lo que se adivinaba a finales de septiembre, cuando se convocaron las elecciones. ¿Qué ha pasado? Expertos habrá que lo interpreten, pero bajo mi punto de vista, la ola del 11 de septiembre no llevaba suficiente agua para recorrer dos meses en un mar tan revuelto. No se puede hacer un camino muy largo sólo con la "ilusión" de la independencia, y CiU ha intentado hacer como en las pistas de esquí, que ponen en marcha cañones de nieve cuando les falta la natural. Así ha intentado añadir agua a la ola de la independencia. Ha exprimido la ilusión hasta coquetear con el ridículo con una campaña mesiánica. Ha puesto toda la madera en la caldera de los medios sin ningún tipo de rubor, abriendo con un mensaje institucional que tuvo que retirarse y cerrándola recibiendo a las personas que se habían concentrado para apoyarle durante la jornada de reflexión. Según mi punto de vista, se ha comportado con una prepotencia tan descarada que ha sido contraproducente. Ha hecho ostentación de impunidad.

También se ha encontrado con otras olas. La más grande, la de la huelga del 14 de noviembre. Quizá no tanto como la del 11 de septiembre, pero comparable en todo caso. Y esta les iba en contra, aunque quisieran desviarla hacia el gobierno español, haciendo ver que su nombre no aparecía en la manifestación. Y también, más pequeñas pero más constantes, han sido el goteo de manifestaciones contra cada uno de los recortes: los de la sanidad, las camisetas amarillas para la enseñanza pública de calidad, las protestas contra los desahucios, ... También les han jugado en contra las actuaciones de algunos mossos d'esquadra, que son graves, pero más aún lo es que se justifiquen por parte de sus responsables.

Y se ha añadido la corrupción. Esta última semana ha habido una deplorable intervención de El Mundo, seguida del apoyo de muchos políticos que, lejos de aplicar la presunción de inocencia, los han culpado sin pruebas, siguiendo la máxima de Calumnia que algo queda. Tan burda era la maniobra, que no se sabía si iba contra CiU, o le favorecía, haciéndola víctima de un ataque injusto y dándoles pie a presentarlo como un episodio de guerra sucia de las cloacas del estado. Pero hay que recordar que las cloacas no son las que huelen, sino la mierda que circula por ellas. Si fuera agua de lluvia no nos preocuparía que nos salpicara, ¿verdad? Y es que hay demasiadas preguntas sin respuesta sobre dinero público que ha ido y siguen yendo a parar a manos privadas, mientras las tijeras no paran de recortar servicios básicos. Y hay preguntas que sí se han respondido, como en el caso Millet, pero que no han tenido consecuencias.

Sea como sea, ahora tenemos un nuevo Parlamento. Es mucho más diverso. Hay más sensibilidades representadas. Obligará a todos a parlamentar, que ya va siendo hora. Y está legitimado para casi un 70% de votos. Hay elementos nuevos e importantes. Ha aparecido la CUP, que seguramente ha conseguido que parte de lo que hubiera sido abstención llegue al parlamento para sacudirlo. Ciutadans ha mejorado mucho el resultado. Es evidente que ha recogido muchos votos anti-independentistas, pero ha virado su discurso poniendo más peso en la necesidad de una regeneración de la democracia, y quizá ha contribuido también a que menos gente se quedara en casa sin votar.

Podemos seguir analizando muchos aspectos diferentes y las posibilidades se han ampliado mucho. Pero la pregunta del millón es ¿Con quién? Y lo que me preocupa es que CiU haga una consulta popular: se dirija a los populares y les consulte si le quieren dar apoyo para los recortes. ¿Y cuando pasará? Quizás no hoy, quizás no mañana, pero pronto y para el resto de la legislatura. Sí, sería una consulta impopular, pero ya le han dado la vuelta a situaciones complicadas, desplegando una serie de argumentos y dejando un tiempo para que nos vayamos haciendo a la idea.

Y es que hay una vocecita que me susurra al oído bueno que CiU quería la mayoría para tener margen para pactar un proceso de independencia determinado. Hay voces que dicen que hay que independizarse y luego ya nos pelearemos por los derechos sociales. Pero el proceso de independencia puede hipotecar el país y puede dejar atada una Cataluña independiente al servicio de un modelo neoliberal como el de CiU, con una deuda ilegítima para pagar o con unos acuerdos que nos aten en el futuro, por ejemplo.

Y si fuera así, la pregunta es: ¿CiU prefiere un país independiente que no siga su modelo? ¿O prefiere un estado español en el que, a pesar de tirarse los trastos a la cabeza, ha compartido tantas votaciones con PP y PSOE cuando hacen las políticas que le interesan?

jueves, 22 de noviembre de 2012

Gestión pública, gestión privada

Traducción de Gestió pública, gestió privada

Como respuesta a la entrada Cómo salir de la crisis... y caer en las brasas recibí el comentario de una amiga. En él incluía sus reflexiones y me pedía que las plasmara en una nueva entrada. Como era el primer encargo que recibía, me hizo ilusión y puse manos a la obra. La verdad, sin embargo, es que esto de los encargos cuesta más de lo que parece y he tardado en publicarlo mucho más de lo que esperaba.

Lo que ella me decía es que la gestión pública tiene un lastre que es muy difícil de superar y que va ligado a la manera de ser de los humanos: la dificultad que tenemos de sentir lo público como algo propio y no malgastarlo. A menudo en la gestión pública hay una falta de eficiencia y de afán por el trabajo bien hecho. Estos aspectos, aunados a la gran necesidad  que tenemos de reconocimiento del trabajo (en positivo para incentivarnos o en negativo para presionarnos), le restan mucha eficacia en la gestión pública.

También según el comentario, la gestión privada sin ánimo de lucro hace disminuir mucho gasto, y más teniendo en cuenta que la presión para mantener el contrato puede hacer que se acepten con resignación los posibles retrasos en los pagos, por ejemplo. En este caso tiene la ventaja añadida de que los gestores públicos se ahorran el papel de malo de la película con el personal, ya que depende del gestor privado. Así pues, estos motivos pueden justificar el uso de la gestión privada si lo que prima es la reducción de gasto.

Hasta aquí lo que he interpretado yo del comentario recibido. Es un punto de vista que creo que está basando extendido y refleja problemas de la gestión pública que vienen de muy lejos. Por ejemplo, el hecho de que sea tan difícil echar a un funcionario que ha ganado una plaza en unas oposiciones hace que haya un porcentaje que se acomoden, aporten una buena dosis de cara dura, y no hagan su trabajo. Pero esto no es patrimonio exclusivo del sector público. Un libro como El principio de Peter, que sostiene que todo el mundo asciende en el seno de una jerarquía hasta llegar a su nivel de incompetencia, o cómicos como los de Dilbert con sus personajes de oficina, no hacen referencia al sector público exclusivamente, sino que principalmente hablan del privado. En todas las estructuras pueden enquistarse elementos.

El segundo aspecto muy ligado al primero. La presión y el maltrato (por ejemplo no pagando a tiempo) es más fácil si quien está llevando a cabo la gestión es privado, por el propio miedo a la competencia. Entrando en el juego del libre mercado, de la selección natural, los más competitivos son los que se llevan la presa. Además, hay un efecto psicológico que coloca el proveedor en una posición de indignidad ante el contratante. En un viaje a Cuba tuvimos oportunidad de hablar con un cubano que había vivido un tiempo en España. Nos comentaba que una de las cosas buenas que encontraba al régimen de Castro es que les había inculcado la dignidad en el trabajo, que no se podía aceptar cualquier tipo de trato. No sé realmente cuán cierto es eso en el caso cubano, porque no lo conozco lo suficiente. Pero lo que está claro es que la máxima capitalista El cliente siempre tiene la razón (que puede extenderse al patrón ya que se convierte en cliente al pagar por unos servicios) no favorece la dignidad del proveedor o empleado.

Es cierto que nos cuesta sentir como propio lo público (algunos lo sienten tan propio que se lo quedan, como Fèlix Millet, por ejemplo). Pero aún es más difícil sentir como propio lo privado (a menos que seamos accionistas de la empresa donde trabajamos). Hay muchos trabajadores del sector público, sobre todo en sectores más vocacionales, que sí tiene ese sentimiento. De hecho, yo creo que el sector público puede aportar un factor esencial y es que el objetivo final no es hacer dinero sino prestar un servicio. Este también puede ser el objetivo de una empresa privada, pero no lo es en muchos casos, y el número va decreciendo a medida que aumenta el tamaño de la empresa. Así, grandes estructuras privadas que no tengan ánimo de lucro son casi impensables. ¿Os imagináis una empresa del sector energético que se presente a una junta de accionistas aportando como gran éxito que han dado muy buen servicio a sus clientes, y que por eso este año no repartirá dividendos? En cambio, sería absurdo que el equipo gestor de un hospital público presentara su balance como un éxito por tener un superávit en sus cuentas, a costa de haber aumentado el tiempo de espera en las listas de intervenciones.

En cuanto al trabajo bajo presión, es una técnica. De hecho es el mismo principio que nos ha llevado a la desregulación de los mercados financieros, alegando que las diferentes fuerzas irán estableciendo unos equilibrios y se autorregularán. Al final acaban siendo los poderosos los que marcan las reglas del juego. Y los de abajo seguramente acaban pasando por el tubo. Pero no lo sienten suyo, no trabajan por convencimiento, sino por un equilibrio de necesidades. Y en el fondo, se sienten más que legitimados a engañar siempre que puedan, porque se saben maltratados. Si un cliente o un jefe está todo el tiempo exprimiendo al máximo, la reacción más probable del proveedor o trabajador será engañarlo cuando tenga oportunidad, como respuesta al maltrato que recibe.

En definitiva, creo que es bastante cierto lo que me comentaba mi amiga, que la gestión privada puede llegar a ahorrar dinero, pero no veo que sea una solución sostenible. Creo que hay que tomar la flexibilidad de una gestión privada, pero los objetivos y la dignidad de una gestión pública. Es posible que hoy en día no tengan sentido unos funcionarios blindados a los que se les permita todo. Pero cuando se trata de prestar unos servicios que estamos manteniendo entre todos, no es lícita una gestión privada encaminada a ganar dinero, sino que el objetivo deben ser los servicios, y la transparencia debe ser absoluta.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Amenaza o advertencia?

Traducción de Amenaça o advertiment?

Hace un rato que he vuelto de la manifestación convocada en el marco de la huelga general contra los recortes y la deuda ilegítima. He ido subiendo lentamente por el Passeig de Gràcia desde la calle Casp. Cuando acababa de pasar la fuente del cruce con la Gran Via, se ha oído una fuerte pitada y en un primer momento no sabía cuál era el motivo. Enseguida me he dado cuenta de que estaba dedicada al edificio de la Bolsa de Barcelona y me he quedado mirando las letras de la fachada un momento. Y me ha venido a la cabeza la frase: La bolsa o la vida. Creo que hace tiempo que no la oigo, pero cuando éramos pequeños y jugábamos a ladrones la decíamos apuntando a la víctima con la mano convertida en pistola, con los primeros dos dedos extendidos y los otros dos plegados. No sé si lo habíamos sacado de las películas que nos tragábamos el sábado por la tarde, o era una frase realmente usada, el caso es que era la tarjeta de presentación de los atracadores en nuestro imaginario infantil.

Hay muchas frases que las has oído de pequeño y no te las has cuestionado nunca, pero un día les das una vuelta y les encuentras un significado escondido. Esta frase siempre había sido la amenaza de un fuera de la ley a una persona de bien, a la que quería quitarle la bolsa de dinero (cuando aún se llevaba en bolsa) a cambio de no quitarle la vida. Hoy, ante el templo de la especulación, la fábrica más grande de burbujas, la casa de los mercados de la nada, me sacudido como una advertencia. He visto el atracador como un fuera del sistema, un marginado por voluntad propia o ajena, que hubiera visto el bosque lejos de los árboles que lo tapan y nos estuviera avisando de que debemos elegir entre la Bolsa o la vida, entre el dinero o la gente. Hoy los que estábamos allí, estábamos intentando elegir.

martes, 13 de noviembre de 2012

Matices, maticitos, maticísimos

Traducción de Matisos, matisets, matisíssims

Hoy he recibido los dos primeros envíos de propaganda electoral. He empezado abriendo la del Masías. Nuestro Ken autóctono, que logró surfear la ola del once de septiembre sin despeinarse, ha cambiado la tabla de surf por las de la ley. En nuestra tierra no tenemos el Monte Sinaí, pero siempre se puede encontrar alguna colina (pujol en catalán) que sirva de inspiración. Y ahora ya sabe qué camino debe seguir y se le ve con la mirada confiada, oteando el destino de un pueblo, rodeado de banderas y con un camino de sólo cuatro años por delante (que es todo un récord si pensamos en los cuarenta que le costó a Moisés la travesía del desierto). ¿Y de dónde saca la fuerza este humilde instrumento? ¡De la voluntad de un pueblo! Detrás suyo incluso se puede ver el triángulo de una estelada que apunta en la misma dirección que sus ojos. Qué metáfora más bonita para unas elecciones justo un mes antes de Navidad, ¿verdad? ¡También tenemos la estrella que nos guía!

Empiezo a leer la carta. ¡Puedo hacer historia! Está en mis manos, en mi voto, la posibilidad de conseguir un nuevo país. Hay que traducir la ilusión del once de septiembre en votos. Hay que hacer el camino con la fuerza de todos. Con un estado propio ya podremos afrontar el futuro, y hacer realidad el proyecto de país que juntos queremos y defendemos. Un país que superará la crisis, crecerá económicamente y generará puestos de trabajo. Un país con cohesión social y estado del bienestar. El folleto detalla que, con las herramientas de estado dentro del marco de Europa, tendremos más prestaciones para las personas mayores y una educación y una sanidad de más calidad. La alternativa del estado español no lo es en realidad, porque no quiere negociar el pacto fiscal, ni asegura el estado del bienestar (¡qué huevos! Con perdón ..), ni crea puestos de trabajo, ni paga las deudas, ni respeta la lengua. En fin, la propaganda no me sorprende, no dista mucho de lo que esperaba. Me revuelve, sin embargo, que asuma que juntos queremos un único proyecto de país y me indigna que hable de cohesión social.

Vamos a por la segunda. Los tonos naranja del papel me recuerdan a la flecha ascendente-sonriente de CiU. Se trata de esquerra. Veo en el logo del partido que la erre republicana ya no está y que Cataluña queda fuera, un poco por debajo y más pequeña, afirmada con un sí. Supongo que el cambio de logo ya viene de hace tiempo, pero no era consciente. Oriol Junqueras no tiene gente detrás, sino las montañas de un nuevo país para todos. Doy la vuelta al papelito y me encuentro con el color naranja con todo su esplendor. Cuatro puntos rojos resumen el mensaje:
  • Las nuevas elecciones son las más importantes de nuestra historia. Con la independencia seremos un nuevo estado de Europa y saldremos de la crisis.
  • Ahora no tenemos un estado que nos ayude. El estado español lo pagamos, no invierte en Cataluña, ataca nuestra lengua y se nos lleva 16.000 millones de euros al año. Acto seguido habla de los 800.000 parados.
  • La independencia es el único camino para el estado del bienestar, con salud y educación públicas y de calidad, y con trabajo para todos.
  • Si queremos un nuevo estado del bienestar debemos votar independencia, sin perder ningún voto.

Y termina hablando de la ilusión del once de septiembre, de la suma de esfuerzos, de salir de la crisis y de la construcción de un nuevo país.

Ya sé que la propaganda que se envía a casa es un resumen. Ya sé que el modelo social de ERC no es el de CiU. Pero me ha sorprendido que la transición de una propaganda a otra haya sido tan suave. Sí que hay matices. ERC habla de salud y educación públicas y CiU no les pone el adjetivo. ERC dice que sean de calidad y CiU se conforma con que tengan más que la de ahora. ERC menciona la independencia y CiU se queda en las herramientas de estado o, si habla de un estado, siempre le acompaña el adjetivo "propio". Pero ambos le dan un tono épico a las elecciones, hablando de su carácter histórico. Ambos asocian el nuevo país con la salida de la crisis y el estado del bienestar de forma casi milagrosa. Ambos se basan en la ilusión, de la que "también se vive", según el dicho castellana. Para ambos nuestros males vienen sólo del estado español, como si la reforma laboral no la hubiera votado CiU, como si Mas no hubiera prometido hacer una más "moderna" (Dios nos pille confesados) en el programa de Jordi Évole.

El regusto que me ha quedado, es que ERC ha errado las siglas a hacer caer del logo. Hubiera tenido que dejar Catalunya bien grande y poner la esquerra en un segundo plano. Con esta campaña bien se podían haber juntado con CiU, porque me parece que les están dando más votos que otra cosa.

jueves, 8 de noviembre de 2012

¡No te la puedes perder!

Traducción de No te la pots perdre!

Esta huelga sí que la haré. En su momento ya expuse los motivos por los que no participé en la del 29 de marzo. Aunque hay algún aspecto que no ha cambiado, como por ejemplo, la afectación que tendrá para mi empresa, a esta huelga le veo muchos elementos por los cuales no he dudado nada en apuntarme.

Esta vez, la protesta no se centra sólo en un aspecto, como era la reforma laboral en el caso del 29 de marzo. En estos seis meses, todo ha ido muy rápido. Nos han rasgado la venda de comodidades y seguridades con la que nos han mantenido tranquilos durante tantos años. Se mire donde se mire, se está rompiendo todo a nuestro alrededor. Los porcentajes de gente por debajo del umbral de la pobreza o de familias sin ningún miembro trabajando se disparando, de la misma manera que se dispara el número de personas que revuelven en los contenedores o las papeleras de la calle. Cada vez hay más desahucios, más gente excluida del sistema, que se han quedado sin piso y con una deuda que difícilmente se podrán sacar nunca de encima. Y tenemos dónde divisar nuestro porvenir: los países que nos han precedido en los rescates, como Grecia, Portugal o Irlanda.

Y mientras nos dicen que todo esto es inevitable, los más ricos aumentan su riqueza. Los bancos rescatados con dinero de todos expulsan de sus casas a gente que ha perdido su trabajo. Y en muchos casos lo han perdido porque han cambiado las reglas de juego con una reforma laboral impensable cuando firmaron la hipoteca. Los que debían protegernos contra la especulación no lo hicieron y ahora se encargan sólo de garantizar que el dinero de los poderosos no se pierda, dejando totalmente desprotegidos a los más débiles. Nos hacen pagar una deuda ilegítima, porque el contrajeron sin que pudiéramos expresar nuestra conformidad y porque, cada vez más, se gestiona por parte de estamentos que escapan al control democrático.

A estas alturas me parece que muy poca gente se cree el discurso de que el camino que han emprendido es el único que se puede hacer. De hecho, son pocos los que se tragan que éste sea un camino para salir de la crisis. Y no es una cuestión de creencias sólo, sino que los datos lo corroboran, viendo cómo cada vez empeoran más los indicadores. Pero a los dirigentes que están haciendo estas políticas no se les puede decir nada porque se envuelven de una legalidad democrática que les permite hacer lo contrario que prometieron cuando se les votó. Así, se nos quiere hacer caer en el discurso de lo inevitable.

Pero es tal la desconexión que existe hoy en día entre las ruedas de molino y nuestras gargantas que ya no comulgamos. No nos pueden hacer creer que los recortes en educación y sanidad son por nuestro bien. Sabemos que no nos están protegiendo cuando "modulan" nuestro derecho a manifestarnos. No es por nuestro bien que intentan escondernos información o multan a la gente que hace públicos casos de corrupción. Todo esto lo han llevado a un punto tan exagerado, se han creído tanto que son intocables, que podemos conseguirlo. Han tensado tanto de la cuerda, que la veo a punto de romperse, porque el miedo que podía tener la gente a perder el estatus se ha desvanecido al ver lo rápido que lo estamos perdiendo.

Si esta huelga sale bien, la siguiente puede salir mejor, puede ser más larga, hasta que se den cuenta que los hemos elegido para que nos presten un servicio, no para servirse de nosotros; hasta que inicien una reforma en la que todos podamos participar en la decisión de qué sociedad queremos, hasta que desaparezca la democracia ilustrada. Nos dicen que la huelga dará mala imagen. Pues no, lo que da mala imagen es un pueblo que admite sin rebelarse que los más desvalidos paguen los errores de los poderosos.

En clave catalana aún tiene un aliciente añadido. Mas es uno de los grandes recortadores de esta obra de teatro. Además, se ha llenado la boca del clamor del pueblo del once de septiembre. Si esta huelga sale bien, deberá atender otro clamor. Y este será de gente que pierde dinero y no sólo el rato de ir a la manifestación, gente para la que supone un esfuerzo importante esta movilización. Y este esfuerzo lo hace porque no se le permite otra manera de expresarse. Si tan sensible es a los clamores populares, ¿apoyará una consulta sobre el apoyo a los recortes? Y si lo que le preocupa es la ilusión, Mas puede estar tranquilo, que el proyecto de reconstruir la democracia puede ser mucho más ilusionante que el de tener un estado propio, interdependiente, no rupturista y desexpoliado. De hecho hablar de expolio español no tiene sentido si lo comparamos con el que lleva a cabo los mercados.

Pero uno de los puntos de que menos se habla es uno de los principales para mí: esta huelga va más allá del estado. Para los que siempre penasmos que Europa es un proyecto que vale la pena, pero que últimamente nos cuesta creer en él, es una muy buena señal que la europeización no sea sólo de los intereses financieros, sino que empiece a formarse un entramado social de revuelta contra las diferencias crecientes, contra el desmantelamiento de los servicios públicos, contra el capitalismo feroz que nos está comiendo. Es esencial que la Europa del BCE tenga enfrente la Europa de los que no queremos que decidan por nosotros.

Me dejo otros aspectos y reivindicaciones que se añaden a esta huelga. Estoy de acuerdo en la gran mayoría de argumentos que he oído a favor de ella. Espero y creo que será un éxito y que servirá como toque de atención. Porque, en definitiva, nosotros podemos vivir sin los poderosos, pero los poderosos no sobrevivirán sin nosotros.

viernes, 2 de noviembre de 2012

¿Y si lo básico fuera público?

Traducción de I si el bàsic fos públic?

Hoy en día todo el mundo está de acuerdo formalmente en que el estado del bienestar es una buena cosa. Es cierto que hay partidos políticos y otras fuerzas más o menos oscuras que se lo están cargando, pero la excusa que ponen los ejecutores de este sistema es que no tienen más remedio, que es inevitable, que si por ellos fuera no lo harían. Ahora bien, este estado del bienestar consiste, básicamente, en una sanidad y una educación públicas, en unas pensiones de jubilación y en unas ayudas para amortiguar los golpes que puedan recibir los elementos más desfavorecidos de la sociedad (enfermos, parados, minusválidos, personas en riesgo de marginación, etc.).

Si nos lo paramos a pensar hay dos líneas bien diferenciadas dentro de este estado del bienestar. Por un lado, la educación, la sanidad y las pensiones son elementos que todos usamos y que se pretende que sean de calidad, no de beneficencia. Los niños no van a la escuela pública porque no se puedan pagar una escuela privada, ni usamos la sanitario público porque no nos da para pagar una privada (de hecho, en cosas realmente serias, es recomendable acudir a la pública). Las pensiones se pretende que sean suficientes para mantener a los jubilados, y no un recurso al que acudir si no hay más remedio. Otras coberturas, como el paro o los distintos subsidios están pensados ​​para parar golpes, como recursos más o menos temporales para proteger a los más desvalidos.

Antes de que se implantara el estado del bienestar en algunos países, cualquier tropiezo te podía echar del tablero. Si perdías el trabajo tenías que disponer de ahorros para seguir adelante. Y muy a menudo no disponías de educación, sanidad o posibilidad de jubilación, a menos que hubieras ido ahorrando. Los estados comunistas fueron más allá, poniendo en común todos los bienes y garantizando unos mínimos para todos, incluyendo la comida, la vivienda, etc. Pero lo hicieron a costa de cortar la iniciativa individual, de dejar que fuera el estado quien decidiera cual era el papel de cada uno. El estado del bienestar, en cambio, es una propuesta sufragada por todos de manera proporcional a sus posibilidades, pero paralela a la iniciativa privada, con la que convive.

Dejemos reposar un rato este preámbulo y centrémonos en qué elementos son básicos, cuáles deben garantizarse en primer lugar. La sanidad y la educación lo son, sin duda. Todo el mundo debe poder acceder a ellos, aunque no disponga de recursos. Pero aún es más básico disponer de alimentos, agua potable, vivienda y energía. De hecho, si tuviera que ordenar estos 6 elementos de más vital a menos yo los pondría así:
  • Alimentos
  • Agua potable
  • Vivienda
  • Energía
  • Salud
  • Enseñanza

Todos son muy importantes, pero los dos primeros son vitales y los dos siguientes son necesarios, aunque estamos sanos, si nos tenemos que guardar del frío, por ejemplo. La sanidad pública es la que nos permite vivir más años y con una mayor calidad y la enseñanza pública hace posible que la democracia sea real, al equiparar las oportunidades de desarrollarse de todo el mundo. Dejar en manos privadas exclusivamente estos seis pilares fundamentales es muy peligroso, porque hace posible la especulación sobre elementos vitales, especulación de la que no podremos escapar al ser bienes imprescindibles.

Ya hace unos años vimos como las grandes infraestructuras de energía se privatizaban. Y pasaron de ser un servicio público a una máquina de hacer dinero, con la correspondiente degradación de la red eléctrica por falta de inversión, por ejemplo. Ahora quieren hacer lo mismo con la distribución de agua potable y el resultado será similar, previsiblemente. Los alimentos se han convertido estos últimos años en objeto de especulación a gran escala, acaparando stocks para hacer subir los precios y creando fondos de inversión que apuestan sobre la cotización de alimentos básicos. En el caso de la vivienda nos ha protegido el artículo 47 de la Purísima Constitución, que nuestros dirigentes cumplen al pie de la letra, que sino seguro que hubiéramos acabado con una burbuja inmobiliaria descomunal.

La sanidad y la educación no son terreno abonado para la especulación, porque tenemos la opción pública de calidad. Cuando consigan acabar con lo que queda del estado del bienestar, entonces aparecerán nuevas oportunidades de negocio para los mercados, estos simpáticos animalitos que nos están haciendo la vida imposible a todos. Pero los mercados no son una plaga bíblica, sino una pantalla detrás de la que se esconde todo un negocio basado en el dinero como producto, basado únicamente en la especulación, en obtener ganancias sin producir nada, jugando simplemente con el valor de las cosas ya existentes.

Así pues, debería haber un control público de los alimentos, el agua potable, la energía y la vivienda, para evitar la especulación. Pero ¿y si fuéramos un paso más allá? ¿Y si incluyéramos estos servicios dentro del estado del bienestar? ¿Y si todo el mundo, por el hecho de nacer, tuviera acceso a una cantidad suficiente de alimentos, agua y energía y a una vivienda digna? No digo que todo esto fuera únicamente público, sino que se equiparara a la sanidad y la enseñanza del estado del bienestar. Podría haber versiones privadas más sofisticadas, más cómodas, más lujosas. Pero las públicas no serían provisionales o de beneficencia, sino una opción viable a largo plazo.

¿Qué se conseguiría con ello? Resolver el problema del paro, pero no eliminando el paro sino haciendo que dejara de ser un problema. Muchos planteamientos actuales tratan de recuperar el crecimiento económico, reactivar la economía y el consumo, y que todo ello genere nuevos puestos de trabajo. Pero la realidad es que ya no necesitamos la misma cantidad de mano de obra que antes. Muy a menudo, nos acabamos inventando trabajos que acaban siendo perjudiciales (véase Ganarse la vida para una explicación más detallada). Así las cosas, el descenso de los puestos de trabajo disponibles es imparable, en mi opinión. Lo que hace falta es que adaptemos nuestra sociedad a esta nueva realidad, en lugar de seguir funcionando con unos paradigmas que nos acabarán eliminando como especie sobre el planeta.

Pero si dejamos de hablar de subsidios y nos planteamos lo que es básico como un servicio público, la opción de vivir con lo indispensable se convertiría en una alternativa liberadora. Un despido no supondría un drama. Seguramente desaparecería el trabajo fijo, menos en casos muy concretos en que fuera imprescindible. La gente iría trabajando por temporadas para ir ganando dinero extra y luego pasaría épocas fuera del mercado laboral. Pero el hecho de no tener trabajo remunerado no implica estar inactivo. Muchos de los jubilados prestan una ayuda impagable a los hijos y nietos, o participan en actividades de voluntariado. Si alguien tuviera un proyecto en la cabeza, podría dedicarse a desarrollarlo sin tener que depender de un trabajo que le tomase buena parte del tiempo. Favorecería que la gente pudiera desarrollar su vertiente artística. Se podrían crear más productos gratuitos, como por ejemplo software libre. La piratería dejaría de ser un problema ya que los autores se podrían mantener sin depender de cobrar por sus obras.

No habría trabajos inútiles e indignos, porque nadie los quiere hacer y nadie tendría necesidad de cogerlos. Los trabajos más valorados serían los que realmente deben ser: los más pesadas o difíciles. Seguramente se realizarían durante tiempos cortos para ahorrar dinero y poder estar más tiempo sin depender de los ingresos.

Está claro que todo este planteamiento podría provocar que mucha gente se relajara y viviera sin ningún tipo de actividad. Habría que encontrar un equilibrio entre que este nivel básico fuese insuficiente y que fuera demasiado abundante. Si fuera insuficiente, no sería una opción viable y quedaría como un refugio, como beneficencia, convirtiéndose en un gueto marginal. Si fuera demasiado abundante, podría resultar desmovilizador, al tener todo resuelto sin tener que hacer nada. La clave creo que está en que la iniciativa particular siguiera siendo el motor de los avances, mientras que la cobertura pública marcara un mínimo que consiguiera evitar la pobreza.

Esta garantía de los mínimos habría extenderla a todo el planeta. No sólo porque es la única opción justa, la única que evitaría que la riqueza de que disfrutamos se base en la pobreza de otros pueblos, sino también para conseguir que nadie se vea obligado a abandonar su país para subsistir.

lunes, 29 de octubre de 2012

Lo esencial

Traducción de L'essencial

Ayer el PSC aprobó su programa electoral. En él se defiende una reforma que permita la celebración de un referéndum en Cataluña para decidir sobre cualquier cambio sustancial de las relaciones con España. También dibuja de forma clara e inequívoca su apuesta por una Cataluña integrada en España, pero cambiando el marco de relación actual.

Hoy el secretario general del PSOE dice que no está de acuerdo con el derecho a decidir que plantea el PSC, pero que coincide en lo esencial: que Cataluña siga formando parte de España. Así pues, lo esencial por el secretario general del PSOE es que se consiga lo que él cree que es el mejor, y no que sea la población la que decida.

sábado, 27 de octubre de 2012

Democracia ilustrada

Traducción de Democràcia Il·lustrada

Cuando en secundaria nos contaron la historia del siglo XVIII (entonces se daba la historia de verdad y no el adoctrinamiento socialista o catalanista de hoy en día) nos hablaron del Despotismo ilustrado con su Todo para el pueblo, pero sin el pueblo. El rey y los gobernantes tomaban las decisiones pensando en el pueblo, pero no contaban con él para tomarlas.

Al buscar un título para lo que quería comentar en esta entrada, me he dado cuenta de que nos pasa algo parecido hoy en día. Los parlamentos, tanto el estatal como los autonómicos han ido tomando distancia de la sociedad y, si bien se nos dice que todas las decisiones se toman en clave del beneficio común del pueblo, lo más común es que el pueblo no se sienta beneficiado por las decisiones tomadas. Así pues, todo se hace para el pueblo, pero el pueblo sólo puede su opinión una vez cada cuatro años. ¡Y ni siquiera del todo! Sólo se pueden lograr cambios importantes desde dentro de la estructura de los grandes partidos.

La ley de Hondt penaliza a los partidos pequeños, facilitando la formación de mayorías absolutas. Por ejemplo, hoy en día el PP tiene una mayoría absoluta muy holgada, con 11 escaños por encima de la mitad del parlamento. En cambio, no llegó al 45% de los votos válidos y quedó por debajo del 32% del censo. De hecho, el PP ganó a la abstención por un millón cien mil votos y por ochocientos mil votos si sumamos abstención y votos nulos. De acuerdo, tenies razón. La abstención y el voto nulo no son una fuerza política. Se mezclan pasotismo, desencanto, abstención militante, impotencia a la hora de escoger y muchos otros factores. Pero a veces parece a los grandes partidos ya les va bien dejar fuera del sistema a casi un 30% del censo electoral.

Así, nuestro sistema parlamentario desbanca directamente los partidos más pequeños. Y también acalla las voces discrepantes dentro de los grandes, mediante la disciplina de voto. Dado que las listas son cerradas, un diputado no está legitimado a votar en contra de lo que marque la dirección de su partido, porque no puede alegar que le votaron a él, ya que no había la posibilidad de desmarcarlo. Así, la única justificación sería que el partido tomara una decisión en contra del programa que hubiera presentado en las elecciones correspondientes. Por tanto, la única manera de conseguir que una política determinada se aplique es entrando en un partido grande y ganando posiciones dentro de su estructura. La otra posibilidad, cuando no hay mayoría absoluta, es hacer de bisagra pero, como las de verdad, es fácil pillarse los dedos. Así las cosas, no serían necesarios más diputados que un por partido y los que se necesitaran para las diferentes comisiones. Cada uno podría votar por el número de escaños que le hubieran correspondido y el resultado sería el mismo.

¿Cuál es el resultado de todo esto? Los partidos con capacidad de gobernar, son amalgamas que deberían corresponder a cuatro, cinco o más partidos reales, y que se han aglutinado para conseguir la fuerza para ganar. El PP recibe votos de centroderecha, neoliberales, cristianodemócratas, de herederos de la tecnocracia franquista y, seguramente, voto útil de derecha más extrema. El PSOE comienza por la centroizquierda, la socialdemocracia, antiguos comunistas que se han ido moderando y voto útil de izquierda más radical. Y todo este voto termina mezclado en una política que se decide en función de los equilibrios de fuerzas que se generan dentro de estas máquinas de hacer política. Evidentemente, la que hacen no acaba de contentar a nadie y, por tanto, cada cuatro años deben venderse a un electorado que, muy a menudo, los compra por eliminación, más que por convencimiento.

Se dice que la mayoría absoluta es buena porque el partido que la tiene puede desarrollar su política sin tropiezos. Pero no es única, ya que los obstáculos acaban surgiendo de las corrientes internas de los grandes partidos que, dada la poca democracia interna con que funcionan (no hay elecciones primarias para elegir a los candidatos, por ejemplo), supone un control mucho más bajo por parte de la población, que un parlamento constituido por muchas formaciones más pequeñas pero más cohesionadas.

Así las cosas, me cuesta mucho convencer a un joven de veinte años de que es mejor votar que quedarse en casa. De hecho, casi se puede considerar un éxito que vaya a emitir un voto nulo de desacuerdo con el sistema, que quiere decir que aún conserva la esperanza de cambiarlo, de construir uno nuevo que le incite a ir a votar.

Como lo montaría yo si de mí dependiera? Pues, totalmente proporcional, de forma que cada matiz que se considerara suficientemente importante como para distinguirse del resto, podría presentarse, sin tenerse que diluir para llegar a tener representación. Y tendría la que le correspondiera según la gente que le hubiera dado su confianza. Además, si las listas fueran abiertas, se votarían personas concretas que realmente tendrían legitimidad, y podrían tomar las decisiones que consideraran más correctas para lograr su programa. Ellas serían las que terminarían respondiendo personalmente. Habría que ir encontrando acuerdos para salir adelante y cada uno se sumaría a las iniciativas que considerara correctas. Pero los ingredientes de este cóctel se habrían elegido de manera democrática, y no dentro del laberinto de la estructura de un partido.

Y como se puede llegar a cambiar el sistema para acercarlo a un modelo más representativo? Habrá que cambiar muchas leyes. Y las tendrán que cambiar los que están instalados en ellas. Esto sólo se puede hacer creando un partido transversal con el único objetivo de alcanzar una mayoría suficiente para abrir un nuevo proceso constituyente, libre de la tutela del poder establecido en la actualidad. En Islandia lo están abordando. Ellos son poquitos y aquí será mucho más difícil. Pero la alternativa de quedarnos viendo cómo nos toman el pelo es devastadora para la democracia, ya que irá aumentando la abstención, hasta que algún general más concienciado de la cuenta nos rescate de nosotros mismos y nos conduzca a una nueva versión del despotismo ilustrado, lo que Mayor Oreja describe como una "situación de extraordinaria placidez".

viernes, 26 de octubre de 2012

Como salir de la crisis... y caer en las brasas

Traducción de Com sortir de la crisi... i caure a les brases

Hace un año empecé a escribir esta entrada. CiU había llegado a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona hacía poco menos de un año y de seis meses, respectivamente. Habían comenzado los recortes asimétricos (palabra actual como pocas) entre el sector público y el privado.

Se quitaban recursos de las escuelas públicas, se había eliminado la sexta hora y se reducían profesores. Se detenía la inauguración de nuevas escuelas de infancia ya planificadas, dejando a familias con plaza asignada pero sin poder usarla. Se estudiaba aumentar el ratio de niños en estas escuelas y privatizar la gestión de las que todavía tenían que abrir. Las subvenciones a la escuela privada no eran tratadas de la misma manera. Incluso se pasaba a subvencionar colegios con régimen de separación de sexos.

Los servicios sanitarios también se recortaban de forma brutal, con cierre de centros, recortes de servicios de urgencias y reducciones de horarios, mientras el propio conseller de Salut, Boi Ruiz recomendaba la contratación de mutuas privadas y proponía incentivarla con beneficios fiscales .

Con todo este panorama en la cabeza me topé con uno de estos parques infantiles que hay en las plazas del barrio. Mientras veía los niños jugar pensé que, según la lógica convergente, aquello era una aberración. Había un tobogán y unos caballitos que los niños podían usar libremente, sin límite de tiempo y sin pagar nada a nadie. Ni los niños ni sus padres. Y vi clara la receta para salir de la crisis... y caer en las brasas. Sólo se trataba de seguir el mandamiento neoliberal: Si hay una oportunidad de negocio para la gestión privada, no la obstaculices con una gestión pública.

Mi cerebro comenzó a viajar por el paraíso de CiU. El Ayuntamiento se ahorraría un montón de dinero vendiendo estos parques a la iniciativa privada. El erario público engordaría con la venta y se ahorraría el mantenimiento de estos espacios. A cambio, el uso se debería pagar, pero no sería un cargo para todos, sino sólo para los usuarios. Daríamos trabajo a muchos parados que se harían cargo del cobro y el control de estos espacios. Mucha gente dejaría de usarlos, pero la iniciativa privada, que nunca descansa, podría ofrecer servicios adicionales, como vigilar al niño mientras le ofrece una cerveza a los padres, o peinarlos y sacudirles la ropa antes de salir para que los niños lucieran más. Además, no todas las familias se lo podrían permitir, y esto ahorraría a los padres la desazón de no saber muy bien con qué clase de niños compartirían el juego a sus hijos. Finalmente, los aparatos más estropeados, que ya no sirvieran para los parques de pago, podrían ser recomprados por el Ayuntamiento para hacer espacios de juego de beneficencia, donde pudieran ir sólo los que justificaran unos ingresos inferiores al salario mínimo.

Siguiendo con esta filosofía, hay zonas de la ciudad que no son sólo un lugar de paso, sino que apetece ir a pasear por ellas: calles anchas que tienen jardines, paseos al borde del mar, parques como el de la Ciutadella o los diversos jardines de Montjuïc. En fin, unas zonas con potencial de negocio y que no están dando dinero a nadie. Incluso hay gente que se lleva la comida de casa y la toma tranquilamente en estos lugares, haciendo una franca competencia desleal a los restaurantes, que deben pagar los correspondientes impuestos por su actividad. Aplicando una política similar, el Ayuntamiento y el sector privado podrían extraer un poco más de dinero de este tejido social que no para de aprovecharse de las situaciones de gratuidad. Y al ser unos servicios de pago otra vez tendrían el filtro del poder adquisitivo, que reduciría la masificación actual y aumentaría el valor, posibilitando la aplicación de unas tarifas más elevadas.

Este domingo, al oír como Artur Mas le contaba a Jordi Évole los grandes rasgos de lo que sería su política como presidente de una Cataluña independiente, me vino a la memoria esta entrada y decidí desempolvarla.  Porque lo dijo bien claro: quiere potenciar el pago por el uso. Además, este pago por el uso hasta ahora lo ha desviado a la iniciativa privada. Hablaba de las autopistas en la entrevista, pero lo hemos visto en la potenciación de las mutuas, de las escuelas privadas, etc. Para sacar dinero se han vendido equipamientos públicos, al igual que el estado privatizó las empresas públicas rentables. Se ha aplicado el refrán Què podem fer? Vendre la casa i anar de lloguer! (¿Qué podemos hacer? ¡Vender la casa e ir de alquiler!) Y ahora tenemos que pagar por usar equipamientos que habían sido de todos.

Y es que la falacia de la bondad de la gestión privada frente a la pública no la entenderé nunca. Si disponemos de un dinero y queremos prestar un servicio, la gestión pública lo empleará todo en este servicio. Y, si consigue que sobre, será un ahorro para todos. Si damos el mismo dinero a una empresa privada, todos los beneficios que saque los estará obteniendo de prestar menos servicios, o de prestarlos peor o de pagarlos peor, que a la larga repercute en el servicio, porque quien lo da está quemado. Si el beneficio lo saca tan sólo de una gestión más eficiente, la solución es mejorar la pública y que el dinero se ahorre. Es como si estuviéramos en una comunidad de vecinos y, en lugar de pagar una cuota a un administrador, le dijéramos "Cobra un tanto fijo y gestiónalo todo; lo que sobre será para ti". ¿Verdad que nadie lo haría?

Y es que la gestión privada generalmente la hace una sociedad que tiene como objetivo alcanzar unos beneficios económicos. Si dejamos en sus manos los servicios públicos, intentará sacar el máximo. En cambio, una gestión pública tiene como objetivo prestar un servicio lo mejor posible y ahorrar lo que se pueda. Podemos poner el acento en el servicio o en el ahorro, pero no le estamos regalando el dinero de todos a ningún particular.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Votos prestados

Traducción de Vots prestats

Los votos no se prestan, se dan. Es un regalo que se hace por cuatro años, que se pueden reducir sólo a voluntad del que ha sido elegido. Es necesario que todos lo tengamos claro, porque estoy oyendo hablar mucho de prestar el voto, últimamente. Sin ir más lejos, en el programa de Jordi Évole entrevistando a Mas. No nos podemos engañar: las elecciones del próximo 25 de noviembre son al Parlament de Catalunya. Quien gane formará gobierno. Si gana por mayoría absoluta, aplicará absolutamente su política. Habrá que ver si determinadas comisiones de investigación se vuelven a reabrir si hay mayoría absoluta de CiU, por ejemplo.

No es un plebiscito, por mucho que algunos intenten darle ese sentido. Puedo entender el voto útil cuando se da a un partido con el que no está del todo de acuerdo para evitar que salga otro que se considera nefasto. Son las cosas de la ley de Hondt. Pero en este caso, el componente más plebiscitario es si el partido al que se está votando esstá a favor de un referéndum o no. De cara a poder cuantificar los partidarios de la consulta con más rigor que un simple recuento de asistentes a la manifestación, basta con sumar los votos otorgados a partidos que se pronuncian a favor del referéndum. Y estos son unos cuantos, aparte de CiU. De hecho, el que se opone de forma radical es sólo el PP, prácticamente.

Se esgrime también el argumento de que, de cara a negociar este asunto con el gobierno español, es más eficaz un gobierno catalán con mayoría. Pero en este punto tendrá el apoyo del resto de partidos que quieren que la consulta se realice. De hecho, una reclamación conjunta restará argumentos a posibles acusaciones de partidismo y dará más fuerza a la reclamación.

Estamos en un momento muy delicado. La pobreza va en aumento. Los servicios públicos se están desmantelando. Hay que controlar los posibles casos de corrupción. Hay que poner el acento en la gente que más sufre la crisis. No prestemos el voto, no sea que acabemos con la sensación de que nos lo han robado.