lunes, 29 de octubre de 2012

Lo esencial

Traducción de L'essencial

Ayer el PSC aprobó su programa electoral. En él se defiende una reforma que permita la celebración de un referéndum en Cataluña para decidir sobre cualquier cambio sustancial de las relaciones con España. También dibuja de forma clara e inequívoca su apuesta por una Cataluña integrada en España, pero cambiando el marco de relación actual.

Hoy el secretario general del PSOE dice que no está de acuerdo con el derecho a decidir que plantea el PSC, pero que coincide en lo esencial: que Cataluña siga formando parte de España. Así pues, lo esencial por el secretario general del PSOE es que se consiga lo que él cree que es el mejor, y no que sea la población la que decida.

sábado, 27 de octubre de 2012

Democracia ilustrada

Traducción de Democràcia Il·lustrada

Cuando en secundaria nos contaron la historia del siglo XVIII (entonces se daba la historia de verdad y no el adoctrinamiento socialista o catalanista de hoy en día) nos hablaron del Despotismo ilustrado con su Todo para el pueblo, pero sin el pueblo. El rey y los gobernantes tomaban las decisiones pensando en el pueblo, pero no contaban con él para tomarlas.

Al buscar un título para lo que quería comentar en esta entrada, me he dado cuenta de que nos pasa algo parecido hoy en día. Los parlamentos, tanto el estatal como los autonómicos han ido tomando distancia de la sociedad y, si bien se nos dice que todas las decisiones se toman en clave del beneficio común del pueblo, lo más común es que el pueblo no se sienta beneficiado por las decisiones tomadas. Así pues, todo se hace para el pueblo, pero el pueblo sólo puede su opinión una vez cada cuatro años. ¡Y ni siquiera del todo! Sólo se pueden lograr cambios importantes desde dentro de la estructura de los grandes partidos.

La ley de Hondt penaliza a los partidos pequeños, facilitando la formación de mayorías absolutas. Por ejemplo, hoy en día el PP tiene una mayoría absoluta muy holgada, con 11 escaños por encima de la mitad del parlamento. En cambio, no llegó al 45% de los votos válidos y quedó por debajo del 32% del censo. De hecho, el PP ganó a la abstención por un millón cien mil votos y por ochocientos mil votos si sumamos abstención y votos nulos. De acuerdo, tenies razón. La abstención y el voto nulo no son una fuerza política. Se mezclan pasotismo, desencanto, abstención militante, impotencia a la hora de escoger y muchos otros factores. Pero a veces parece a los grandes partidos ya les va bien dejar fuera del sistema a casi un 30% del censo electoral.

Así, nuestro sistema parlamentario desbanca directamente los partidos más pequeños. Y también acalla las voces discrepantes dentro de los grandes, mediante la disciplina de voto. Dado que las listas son cerradas, un diputado no está legitimado a votar en contra de lo que marque la dirección de su partido, porque no puede alegar que le votaron a él, ya que no había la posibilidad de desmarcarlo. Así, la única justificación sería que el partido tomara una decisión en contra del programa que hubiera presentado en las elecciones correspondientes. Por tanto, la única manera de conseguir que una política determinada se aplique es entrando en un partido grande y ganando posiciones dentro de su estructura. La otra posibilidad, cuando no hay mayoría absoluta, es hacer de bisagra pero, como las de verdad, es fácil pillarse los dedos. Así las cosas, no serían necesarios más diputados que un por partido y los que se necesitaran para las diferentes comisiones. Cada uno podría votar por el número de escaños que le hubieran correspondido y el resultado sería el mismo.

¿Cuál es el resultado de todo esto? Los partidos con capacidad de gobernar, son amalgamas que deberían corresponder a cuatro, cinco o más partidos reales, y que se han aglutinado para conseguir la fuerza para ganar. El PP recibe votos de centroderecha, neoliberales, cristianodemócratas, de herederos de la tecnocracia franquista y, seguramente, voto útil de derecha más extrema. El PSOE comienza por la centroizquierda, la socialdemocracia, antiguos comunistas que se han ido moderando y voto útil de izquierda más radical. Y todo este voto termina mezclado en una política que se decide en función de los equilibrios de fuerzas que se generan dentro de estas máquinas de hacer política. Evidentemente, la que hacen no acaba de contentar a nadie y, por tanto, cada cuatro años deben venderse a un electorado que, muy a menudo, los compra por eliminación, más que por convencimiento.

Se dice que la mayoría absoluta es buena porque el partido que la tiene puede desarrollar su política sin tropiezos. Pero no es única, ya que los obstáculos acaban surgiendo de las corrientes internas de los grandes partidos que, dada la poca democracia interna con que funcionan (no hay elecciones primarias para elegir a los candidatos, por ejemplo), supone un control mucho más bajo por parte de la población, que un parlamento constituido por muchas formaciones más pequeñas pero más cohesionadas.

Así las cosas, me cuesta mucho convencer a un joven de veinte años de que es mejor votar que quedarse en casa. De hecho, casi se puede considerar un éxito que vaya a emitir un voto nulo de desacuerdo con el sistema, que quiere decir que aún conserva la esperanza de cambiarlo, de construir uno nuevo que le incite a ir a votar.

Como lo montaría yo si de mí dependiera? Pues, totalmente proporcional, de forma que cada matiz que se considerara suficientemente importante como para distinguirse del resto, podría presentarse, sin tenerse que diluir para llegar a tener representación. Y tendría la que le correspondiera según la gente que le hubiera dado su confianza. Además, si las listas fueran abiertas, se votarían personas concretas que realmente tendrían legitimidad, y podrían tomar las decisiones que consideraran más correctas para lograr su programa. Ellas serían las que terminarían respondiendo personalmente. Habría que ir encontrando acuerdos para salir adelante y cada uno se sumaría a las iniciativas que considerara correctas. Pero los ingredientes de este cóctel se habrían elegido de manera democrática, y no dentro del laberinto de la estructura de un partido.

Y como se puede llegar a cambiar el sistema para acercarlo a un modelo más representativo? Habrá que cambiar muchas leyes. Y las tendrán que cambiar los que están instalados en ellas. Esto sólo se puede hacer creando un partido transversal con el único objetivo de alcanzar una mayoría suficiente para abrir un nuevo proceso constituyente, libre de la tutela del poder establecido en la actualidad. En Islandia lo están abordando. Ellos son poquitos y aquí será mucho más difícil. Pero la alternativa de quedarnos viendo cómo nos toman el pelo es devastadora para la democracia, ya que irá aumentando la abstención, hasta que algún general más concienciado de la cuenta nos rescate de nosotros mismos y nos conduzca a una nueva versión del despotismo ilustrado, lo que Mayor Oreja describe como una "situación de extraordinaria placidez".

viernes, 26 de octubre de 2012

Como salir de la crisis... y caer en las brasas

Traducción de Com sortir de la crisi... i caure a les brases

Hace un año empecé a escribir esta entrada. CiU había llegado a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona hacía poco menos de un año y de seis meses, respectivamente. Habían comenzado los recortes asimétricos (palabra actual como pocas) entre el sector público y el privado.

Se quitaban recursos de las escuelas públicas, se había eliminado la sexta hora y se reducían profesores. Se detenía la inauguración de nuevas escuelas de infancia ya planificadas, dejando a familias con plaza asignada pero sin poder usarla. Se estudiaba aumentar el ratio de niños en estas escuelas y privatizar la gestión de las que todavía tenían que abrir. Las subvenciones a la escuela privada no eran tratadas de la misma manera. Incluso se pasaba a subvencionar colegios con régimen de separación de sexos.

Los servicios sanitarios también se recortaban de forma brutal, con cierre de centros, recortes de servicios de urgencias y reducciones de horarios, mientras el propio conseller de Salut, Boi Ruiz recomendaba la contratación de mutuas privadas y proponía incentivarla con beneficios fiscales .

Con todo este panorama en la cabeza me topé con uno de estos parques infantiles que hay en las plazas del barrio. Mientras veía los niños jugar pensé que, según la lógica convergente, aquello era una aberración. Había un tobogán y unos caballitos que los niños podían usar libremente, sin límite de tiempo y sin pagar nada a nadie. Ni los niños ni sus padres. Y vi clara la receta para salir de la crisis... y caer en las brasas. Sólo se trataba de seguir el mandamiento neoliberal: Si hay una oportunidad de negocio para la gestión privada, no la obstaculices con una gestión pública.

Mi cerebro comenzó a viajar por el paraíso de CiU. El Ayuntamiento se ahorraría un montón de dinero vendiendo estos parques a la iniciativa privada. El erario público engordaría con la venta y se ahorraría el mantenimiento de estos espacios. A cambio, el uso se debería pagar, pero no sería un cargo para todos, sino sólo para los usuarios. Daríamos trabajo a muchos parados que se harían cargo del cobro y el control de estos espacios. Mucha gente dejaría de usarlos, pero la iniciativa privada, que nunca descansa, podría ofrecer servicios adicionales, como vigilar al niño mientras le ofrece una cerveza a los padres, o peinarlos y sacudirles la ropa antes de salir para que los niños lucieran más. Además, no todas las familias se lo podrían permitir, y esto ahorraría a los padres la desazón de no saber muy bien con qué clase de niños compartirían el juego a sus hijos. Finalmente, los aparatos más estropeados, que ya no sirvieran para los parques de pago, podrían ser recomprados por el Ayuntamiento para hacer espacios de juego de beneficencia, donde pudieran ir sólo los que justificaran unos ingresos inferiores al salario mínimo.

Siguiendo con esta filosofía, hay zonas de la ciudad que no son sólo un lugar de paso, sino que apetece ir a pasear por ellas: calles anchas que tienen jardines, paseos al borde del mar, parques como el de la Ciutadella o los diversos jardines de Montjuïc. En fin, unas zonas con potencial de negocio y que no están dando dinero a nadie. Incluso hay gente que se lleva la comida de casa y la toma tranquilamente en estos lugares, haciendo una franca competencia desleal a los restaurantes, que deben pagar los correspondientes impuestos por su actividad. Aplicando una política similar, el Ayuntamiento y el sector privado podrían extraer un poco más de dinero de este tejido social que no para de aprovecharse de las situaciones de gratuidad. Y al ser unos servicios de pago otra vez tendrían el filtro del poder adquisitivo, que reduciría la masificación actual y aumentaría el valor, posibilitando la aplicación de unas tarifas más elevadas.

Este domingo, al oír como Artur Mas le contaba a Jordi Évole los grandes rasgos de lo que sería su política como presidente de una Cataluña independiente, me vino a la memoria esta entrada y decidí desempolvarla.  Porque lo dijo bien claro: quiere potenciar el pago por el uso. Además, este pago por el uso hasta ahora lo ha desviado a la iniciativa privada. Hablaba de las autopistas en la entrevista, pero lo hemos visto en la potenciación de las mutuas, de las escuelas privadas, etc. Para sacar dinero se han vendido equipamientos públicos, al igual que el estado privatizó las empresas públicas rentables. Se ha aplicado el refrán Què podem fer? Vendre la casa i anar de lloguer! (¿Qué podemos hacer? ¡Vender la casa e ir de alquiler!) Y ahora tenemos que pagar por usar equipamientos que habían sido de todos.

Y es que la falacia de la bondad de la gestión privada frente a la pública no la entenderé nunca. Si disponemos de un dinero y queremos prestar un servicio, la gestión pública lo empleará todo en este servicio. Y, si consigue que sobre, será un ahorro para todos. Si damos el mismo dinero a una empresa privada, todos los beneficios que saque los estará obteniendo de prestar menos servicios, o de prestarlos peor o de pagarlos peor, que a la larga repercute en el servicio, porque quien lo da está quemado. Si el beneficio lo saca tan sólo de una gestión más eficiente, la solución es mejorar la pública y que el dinero se ahorre. Es como si estuviéramos en una comunidad de vecinos y, en lugar de pagar una cuota a un administrador, le dijéramos "Cobra un tanto fijo y gestiónalo todo; lo que sobre será para ti". ¿Verdad que nadie lo haría?

Y es que la gestión privada generalmente la hace una sociedad que tiene como objetivo alcanzar unos beneficios económicos. Si dejamos en sus manos los servicios públicos, intentará sacar el máximo. En cambio, una gestión pública tiene como objetivo prestar un servicio lo mejor posible y ahorrar lo que se pueda. Podemos poner el acento en el servicio o en el ahorro, pero no le estamos regalando el dinero de todos a ningún particular.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Votos prestados

Traducción de Vots prestats

Los votos no se prestan, se dan. Es un regalo que se hace por cuatro años, que se pueden reducir sólo a voluntad del que ha sido elegido. Es necesario que todos lo tengamos claro, porque estoy oyendo hablar mucho de prestar el voto, últimamente. Sin ir más lejos, en el programa de Jordi Évole entrevistando a Mas. No nos podemos engañar: las elecciones del próximo 25 de noviembre son al Parlament de Catalunya. Quien gane formará gobierno. Si gana por mayoría absoluta, aplicará absolutamente su política. Habrá que ver si determinadas comisiones de investigación se vuelven a reabrir si hay mayoría absoluta de CiU, por ejemplo.

No es un plebiscito, por mucho que algunos intenten darle ese sentido. Puedo entender el voto útil cuando se da a un partido con el que no está del todo de acuerdo para evitar que salga otro que se considera nefasto. Son las cosas de la ley de Hondt. Pero en este caso, el componente más plebiscitario es si el partido al que se está votando esstá a favor de un referéndum o no. De cara a poder cuantificar los partidarios de la consulta con más rigor que un simple recuento de asistentes a la manifestación, basta con sumar los votos otorgados a partidos que se pronuncian a favor del referéndum. Y estos son unos cuantos, aparte de CiU. De hecho, el que se opone de forma radical es sólo el PP, prácticamente.

Se esgrime también el argumento de que, de cara a negociar este asunto con el gobierno español, es más eficaz un gobierno catalán con mayoría. Pero en este punto tendrá el apoyo del resto de partidos que quieren que la consulta se realice. De hecho, una reclamación conjunta restará argumentos a posibles acusaciones de partidismo y dará más fuerza a la reclamación.

Estamos en un momento muy delicado. La pobreza va en aumento. Los servicios públicos se están desmantelando. Hay que controlar los posibles casos de corrupción. Hay que poner el acento en la gente que más sufre la crisis. No prestemos el voto, no sea que acabemos con la sensación de que nos lo han robado.

Raseros

Traducción de Rasers

En primer lugar, y para que no quede ninguna duda, quiero expresar mi rechazo a la violencia. Además, considero que hay unas violencias peores que otras. La que aparece por una confrontación en caliente es reprobable. Pero es mucho peor la que se usa de forma fría y calculada para conseguir un objetivo. Los atentados son repulsivos. Y injustificables, cuando se producen en un entorno donde hay otras vías de reclamar lo que se quiere. Y más odiosos aún cuando los objetivos son indiscriminados, entrando en la lógica del terror como finalidad. Más repugnante aún es la violencia ejercida desde un estado dictatorial, donde quienes imponen este terror gozan de la impunidad de una legalidad ilegítima.

Dicho esto, paso a felicitarme por ciertas reacciones de personajes del PP (o de su órbita) al resultado de Bildu de este domingo. Por ejemplo Esperanza Aguirre, que ha declarado que fue un grave error del Tribunal Constitucional la legalización de Bildu. Así pone de manifiesto que este tribunal no es infalible, lo cual es de agradecer, por fin.

También se alega que ETA no está desarmada y que está dictando la política de Bildu, a pesar de que algunos componentes como EA y Alternatiba tienen una clara trayectoria pacífica y que los candidatos firman un código ético que incluye el rechazo a la violencia de cualquier tipo. Esta sospecha deslegitima a Bildu para participar en la vida política vasca. En cambio, creo que en el momento de redactarse la constitución actual ninguno de los líderes políticos que habían ocupado cargos en el régimen explicitaron su rechazo al franquismo. Por otra parte, el ejército franquista estaba de todo menos desarmado. El poco talante democrático de algunos de sus componentes se puso de manifiesto el 23 de febrero de 1981 (y parece que se ha propagado hasta nuestros días, en algunos casos). Podría ser que este hecho influyera en la redacción de algunos de sus artículos, como por ejemplo el 8º sobre el papel de las fuerzas armadas? Invalidaría esto la modélica transición y la constitución redactada en este contexto?

El presidente del gobierno ha implantado un nuevo sistema de razonamiento por el cual, si no vas a una manifestación contra la política actual del gobierno, quiere decir que estás a favor de la misma. Siguiendo esta nueva corriente, algún comentarista de las elecciones en el debate que se hizo en la 1, llegó a la conclusión de que, como en algunas ocasiones Bildu no ha hecho declaraciones bastante contundentes contra ETA, las más de 275.000 personas del país vasco que les han votado son partidarios de esta organización, y no deben poder estar representados en el parlamento. El PP, sin embargo, no condena claramente el franquismo. Entonces, los más de 10 millones de votantes que tuvieron en las últimas elecciones son partidarios del régimen anterior? Se les debería negar la posibilidad de votar al PP? Cabe recordar que Jaime Mayor Oreja no quiso condenar el franquismo y que lo calificó de situación de extraordinaria placidez. También hay que recordar que las manifestaciones de militares retirados y de alguna asociación de militares que incluye miembros en activo no han tenido ningún tipo de contestación ni contención por parte del gobierno.

Quizá sería bueno que el PP aplicara en sus propias filas el rasero que usa para Bildu.

viernes, 19 de octubre de 2012

El esPPectáculo


El ministro de educación WERTió sus opiniones y ahora no le aMARGA LLO que puedan decir. De hecho, tiene la ESPERANZA de que le den un GALLARDÓN, por tal como RAJO Y argumentó el otro día. Si fuera así, ha prometido que AGUIRRErá el FEIJÓO de billetes y se largará.

Igual, AL BER TOdo el dinero Y conocer meJOR GEnte, se va con FERNÁNDEZ unos DÍAZ para visitar a su profeSORA Y Acer un crucero en la carabela SANTAMARÍA antes de que se vaya todo a PIQUÉ, perdamos el poco PRESTIGE que nos queda y tengamos de desAZNAR lo andado.

Si viéramos el futuro con un catALEJO nos daríamos cuenta de que hay que olVIDAL los lujos y aceptar los goles que nos meten por las esQUADRAS. Roguemos al patrón de los cocineros, SAN CHEZ, que nos conceda disponer de CAMA, CHOped y pan, que tal como está todo nos va a parecer una dALICIA.

jueves, 18 de octubre de 2012

Deuda y austeridad

Traducción de Deute i austeritat

Deuda y austeridad. Qué palabras más presentes hoy en día, ¿no? La verdad es que a mí siempre me han inspirado respeto las deudas y he considerado la austeridad un valor importante. Como buen catalanet, la pela es la pela, no gastes agua, apaga la luz cuando salgas del baño y no dejes nada en el plato (con aquel reproche entre duro y entrañable de "¡Cómo se nota que no has pasado la guerra!"). Los catalanes, sin embargo, no tenemos la exclusiva; también hay otros pueblos que tienen fama de ahorradores enfermizos como los judíos o los escoceses. A los gallegos no les conozco esta fama, pero sí el dicho "É mellor que faga dano ca que se perda". La austeridad en sí es buena porque implica valorar lo que tienes y ser consciente de que cuesta obtenerlo. Sino, lo que suele pasar es que se valora al perderlo. Tan sólo es mala cuando se convierte en avaricia.

Y la deuda es algo que hay que evitar mientras sea posible. Está claro que hay cosas que no se pueden hacer sin endeudarse. Si no hubiera préstamos, sólo los ricos podrían poner en marcha nuevos proyectos. Por eso es importante la función de los bancos. Y todos podemos tener errores. Hay inversiones que pueden parecer buenas o viables y terminar mal. Pero los riesgos hay que valorarlos y asumirlos con prudencia. No deben inspirar miedo, pero sí respeto. Los debe valorar quien toma prestado el dinero, porque sino quedará con una deuda que quizás no podrá devolver. También los debe valorar quien lo presta, porque debe saber que existe la posibilidad de que no se devuelva. Y más aún si cobra unos intereses que vienen justificados precisamente por ese riesgo que corre.

Estos últimos años la austeridad no ha sido un valor en alza. La filosofía de la tarifa plana lo ha invadido todo. Si vas a un buffet libre, sales rodando de lo que has engullido para aprovecharlo. Si tienes tarifa plana en el móvil, llamas tanto como puedes para que te salgan más baratas las llamadas. Si en el super dan bolsas, tomas de más para utilizarlas una vez y tirarlas al llegar a casa. ¿Un banco con comisiones por los diferentes servicios? ¡Una panda de ladrones! Si no te cobran las visitas al hospital, vas por una tontería. Y si los medicamentos son gratuitos, pides de más por si acaso, que es más cómodo. Si caducan no importa, ya los tiraremos.

¡Pues no! En un buffet libre, debes comer lo que crees que necesitas y tratar de que no quede nada en el plato. Con el móvil, hay que hacer las llamadas necesarias, porque sino las líneas quedan pequeñas y necesitamos más y más antenas por todas partes. En el super no dan las bolsas, incluyen su precio en el de la compra. Del mismo modo, los costes de los servicios que presta un banco se te descuentan de los intereses si no te cobran comisiones. Y las visitas y los medicamentos no son gratuitos: los pagamos entre todos. Se debería hacer como en otros países, en los que, si hace falta un antibiótico siete días, te dan veintiuna pastillas, y no dos cajas de doce. Y yo aún haría más: informaría al paciente del coste que está teniendo el tratamiento, incluidos los gastos de la visita, y le haría firmar un recibo. No le cobraría nada, pero así tomaría conciencia de lo que cuesta el servicio que recibe. Por todo ello, las tarifas planas penalizan la austeridad.

Si la austeridad estaba de baja, la deuda, en cambio, se ha ensalzado. Pedías un crédito y salías con el doble, si no ibas con cuidado. Era mejor tener deudas y dinero disponible para gastar porque el interés era bajo. Los precios de los pisos convirtieron la compra al contado, basada en un ahorro previo, en algo prácticamente imposible. Y las administraciones se subieron al carro. Como había dinero, había que gastarlo y, si no había cosas razonables para hacer, se hacían disparates. Mal hecho por parte de los que se endeudaron. Mal hecho también por parte de los prestamistas. Pero a éstos no les penalizaban por el exceso de riesgo, sino cuando no lograban colocar suficiente crédito. El mundo al revés, vaya.

¡Pues no! La deuda debería ser cara. Si la deuda es barata, los precios suben porque la gente puede llegar más lejos pagando las mismas cuotas, aunque sea endeudándose por más tiempo. Pero no todo debería ser igual de caro: el prestamista y el solicitante deberían analizar el proyecto y valorar su rentabilidad y el riesgo de quiebra. Y de ahí debería salir el interés. Hoy en día, un papel similar lo hacen las agencias de calificación, pero ellas no arriesgan nada, sencillamente hacen bailar los tipos de interés siguiendo unos criterios que se han mostrado totalmente errados (siendo bondadosos) o deliberadamente distorsionados (siendo realistas). Y a pesar de ello, siguen marcando el ritmo.

Y ahora estamos donde estamos. La deuda es excesiva y hay que rebajarla, de forma que su devolución sea viable. Todos los actores de esta comedia convertida en drama deben asumir su papel: hay que tener en cuenta que ha habido unos responsables del endeudamiento, tanto de pedirlo como de prestarlo.

Si un particular se ha endeudado más de la cuenta para comprar un piso, puede perderlo, pero el banco debería cancelar la deuda, que para eso hizo un estudio y una valoración al acordar la hipoteca. Ya sé que el préstamo se hizo sin contar con la dación en pago, y que ello supondría un cambio de condiciones, que seguramente se hubiera traducido en más intereses. Pero el que se hipotecó quizás tenía un trabajo fijo del que le han echado con una miseria de indemnización porque han cambiado el Estatuto de los trabajadores. Si esto no es un cambio de condiciones, ya me diréis qué es.

En el caso del endeudamiento de bancos y cajas por la burbuja inmobiliaria, los directivos deberían responder con el dinero que ganaron mientras gestionaban los bancos que han quebrado. Si lo ganaron por su buena gestión, y al final no lo fue tanto, pues lo deben devolver. Si su gestión no tuvo nada que ver con los resultados, lo deben devolver también, aún con más razón, porque entonces ¿en concepto de qué lo cobraban?.

En el caso de los responsables de las administraciones que hicieron inversiones sin medir su utilidad, se supone que no han sacado beneficio, pero deberían responder por imprudencia temeraria, como quien conduce un coche a 200 por hora: no quiere matar a nadie , pero es un inconsciente al hacerlo. Si encima ha habido corrupción, aparte de devolver el dinero, el castigo debería ser ejemplar, vetando el acceso a cualquier estructura de poder público para el resto de su vida.

Y los que prestaron, tanto a bancos demasiado arriesgados, como a administradores inconscientes, deberían asumir las pérdidas, o quedarse con los aeropuertos vacíos, los AVE fantasma o las carreteras desiertas, si quieren. Y reclamarles daños y perjuicios a las agencias de clasificación. ¿No habían estudiado tanto los riesgos que se permitían el lujo de valorar y puntuar las inversiones? Pues que asuman que erraron en sus estudios también, porque es muy cómodo opinar si no te juegas nada.

Así las cosas, hay que analizar la deuda y aceptar lo que realmente usamos, porque no toda es igual. En una entrevista, Federico Mayor Zaragoza decía que no se podía censurar de igual modo un sobre-endeudamiento para construir hospitales que para hacer un circuito urbano de fórmula uno. La deuda sobre la que el ciudadano no opinó y que sirvió para cosas innecesarias no está claro que la tengamos que asumir entre todos. Quizás desde el punto de vista jurídico sí, pero han cambiado tantas leyes sin que hayamos podido decir nuestra opnion, que el argumento de la legalidad es cada vez menos legítimo.

Y la austeridad se debe recuperar. Hay que fijar muy bien las prioridades. Se tienen que eliminar los gastos superfluos en todos los ámbitos. Por ejemplo, en el terreno de la sanidad o en la educación. Hay que mejorar la gestión y tratar de prestar los mismos servicios, ahorrando en todo lo que se pueda. Además, se están delegando muchas funciones en empresas privadas. Estas empresas pueden estar formadas por personas altruistas que, sencillamente, creen poder gestionar mejor un servicio si se hace a pequeña escala. También puede ser que quieran sacar unos beneficios de la prestación de este servicio. En la situación actual, esta segunda opción no es lícita, por tanto, si alguna gestión se deja en manos privadas, se deben establecer claramente los límites de remuneración permisibles y no debe haber beneficios privados. Además, deben estar a disposición de cualquier ciudadano todas las cuentas de estas entidades.

Pero todos los que hoy en día nos hablan de deuda y austeridad se refieren sólo al aspecto económico. Tened en cuenta que, a nivel de todo el mundo, si alguna vez se nos acaba el dinero, no pasa nada. El problema vendrá cuando se nos acabe la comida, el techo, la energía o las materias primas. En cambio, de la austeridad de recursos no se habla, como tampoco de la deuda que tenemos con el planeta, al que hemos convertido en prestamista forzado. El objetivo que expresa la mayoría de partidos es recuperar el poder adquisitivo y conseguir volver a crecer, dando pleno empleo a toda la población.

Crecer significa gastar más. Conseguir trabajo para todos implica producir más cosas que alguien tendrá que consumir. Y para que las cosas se consuman es necesario que se consuman, o sea, que no sean duraderas. Hemos revertido el sentido común que habíamos heredado. Ahora venimos a decir "É Mellor que se perda ca que non se faga".

¡Pues no! Hay que ser austeros con los recursos y devolverle la deuda al planeta:
  • No se deben usar métodos dudosamente salubres para producir excedentes de comida que acabaremos tirando para que no baje el precio. Si sobra comida debe ir a parar a quien no la tiene.
  • No puede haber fondos de inversión como el depósito 100% natural (encima se regodean), que especulen apostando por el incremento del precio de alimentos básicos como el maíz, el azúcar, los cereales, el café, etc.
  • No puede haber viviendas vacías mientras hay personas en la calle.
  • No se debe subir el límite de velocidad en las carreteras para intentar ganar unas elecciones, cuando se ha demostrado que el límite más bajo reduce el consumo de gasolina, la contaminación y los accidentes.
  • No se debe viajar sin sentido. No puede ser que un billete de avión te salga tirado de precio porque el avión despega igual, vaya lleno o no. Los vuelos se deberían montar cuando hubiera suficiente gente para que fuera rentable. Y los billetes deberían valer lo necesario para cubrir el coste ecológico del viaje.
  • No es necesario que todos tengamos un coche guardado en el garaje, ni que lo cambiemos cada cinco años. Se deben montar redes para compartirlos, repararlos y optimizar su uso.
  • No es necesario que todos trabajemos 1.800 horas al año si no hay trabajo suficiente. Trabajemos lo que sea necesario para conseguir cubrir lo que realmente son nuestras necesidades y aprendamos a estar con nosotros mismos.
  • No es necesario que produzcamos mierdas baratas que se rompen en cuatro días. Hagamos las cosas con tiempo y para que duren. Y reparémoslas cuando se estropeen.
  • No podemos permitir el déficit ecológico que nos hace aumentar la deuda con la Tierra. Este año fue el 22 de agosto cuando nos acabamos todos los recursos que el planeta es capaz de proveer en un año.

Completad la lista vosotros mismos. Esta es la austeridad que nos sacará del agujero donde nos hemos dejado meter, no la que nos venden en forma de receta mágica el BCE, el FMI, la CE, el PP y CiU. Esta es la deuda que realmente tenemos que devolver. En esta deuda sí que la responsabilidad recae únicamente en el tomador, ya que la única que se puede atribuir a la prestamista Tierra es habernos dejado aparecer en su faz.

martes, 16 de octubre de 2012

Asimetrías

Traducción de Asimetries

Últimamente se está hablando mucho de asimetrías en la organización territorial de España. Tanto de las que hay actualmente, como de las que se podrían incluir en el sistema para que refleje mejor la realidad. Ya lo había comentado en septiembre a la entrada El rompecabezas, pero creo que la creación de autonomías simétricas provocó más confusión que otra cosa.

Hace unos días se publicó un avance de resultados del barómetro de septiembre de 2012 del CIS. En él aparecía un cambio significativo en la distribución de población ante la pregunta de cómo se querría que fuera la organización territorial. La comparativa con los resultados de 2010 es la siguiente:

Opción
2010
2012
Variación
Estado sin autonomías
14,1%
24,5%
10,4%
Menor autonomía
11,2%
14,5%
3,3%
Sin cambios
42,3%
29,4%
-12,9%
Mayor autonomía
16,6%
9,1%
-7,5%
Reconocimiento de posibilidad de independencia
6,5%
8,9%
2,4%
No sabe
8,1%
11,4%
3,3%
No contesta
1,2%
2,3%
1,1%


Los resultados que se ha publicado son un avance y no se puede ver todavía la distribución por comunidades autónomas, que sí está disponible para la encuesta realizada en 2010. Para clasificarlas de alguna manera, he asignado a cada una de las cinco opciones pesos del 0 al 2, puntuando su asimetría. El resultado es:


Nombre·Comunidad·autónoma
Coef.
Sin
auton.
(0)
Menor
auton.
(0,5)
Igual
auton.
(1)
Mayor
auton.
(1,5)
Posib.
indep.
(2)
Castilla y León
0,72
24,4
14,6
38,6
10,3
1,2
Comunidad de Madrid
0,72
21,0
17,0
42,0
6,6
1,6
Aragón
0,72
24,7
17,4
34,2
15,2
0,4
Principado de Asturias
0,79
15,9
18,6
43,2
9,8
1,9
Castilla-La Mancha
0,81
17,4
13,9
45,3
11,8
1,5
Región de Murcia
0,83
16,4
8,3
56,3
8,7
0,6
Comunidad Valenciana
0,84
18,3
11,9
42,2
14,3
2,9
Cantabria
0,85
16,1
15,6
37,1
16,7
2,3
Galicia
0,87
13,3
14,3
49,8
13,5
1,7
Ceuta
0,88
18,0
16,0
37,2
18,4
5,2
La Rioja
0,88
12,2
13,9
49,3
14,4
1,0
Extremadura
0,91
13,9
7,6
52,7
17,4
0,4
Andalucía
0,94
8,5
10,5
53,8
13,6
1,9
Melilla
0,98
14,8
8,8
36,8
18,4
8,0
Canarias
1,01
9,4
9,8
47,9
25,5
2,6
Islas Baleares
1,03
12,2
12,6
32,5
29,3
6,4
Comunidad Foral Navarra
1,16
4,5
4,2
52,8
17,2
13,0
Cataluña
1,27
10,7
4,8
26,2
29,3
23,6
País Vasco
1,35
1,8
3,6
36,2
28,4
21,9
TOTAL
0,95
14,1
11,2
42,3
16,6
6,5

Habrá que ver qué pasa cuando publiquen el detalle de este año, pero es posible que esta ordenación se mantenga esencialmente igual. Al principio de la lista están las comunidades simétricas. Son las que aprobarían una reducción de la autonomía con mayor facilidad. Si miramos sus parlamentos autonómicos, están compuestos básicamente por los partidos de ámbito estatal. En los primeros puestos de la lista Aragón es la excepción, pero los partidos locales (PAR y CHA) no venían de antes de la democracia. En cambio, en las comunidades más asimétricas, los parlamentos respectivos están compuestos por formaciones no estatales.

En Cataluña, prácticamente todas las fuerzas políticas actuales vienen de partidos creados antes de la muerte de Franco y que eran de ámbito exclusivamente catalán. ERC y UDC ya existían durante la Segunda República. También el PSUC, que forma parte de las raíces de ICV y de EUiA. CDC se fundó justo antes de morir Franco. El PSC sí recogió la federación catalana del PSOE, pero también intervinieron formaciones socialistas de implantación únicamente catalana. El único partido con una representación significativa que es exclusivamente de ámbito estatal es el PP, aunque en Cataluña le añade una C final a las siglas. Es cierto que el PSC va junto al PSOE, pero eso le ha supuesto todos estos años unas tensiones internas que parecen haber terminado estallando.

Así pues, creo que un buen criterio para valorar la asimetría de una comunidad es examinar qué estructuras políticas tiene. Si son una prolongación de las estatales, es muy posible que los ciudadanos vean también la comunidad autónoma como una prolongación del estado y, por tanto, que valoren la autonomía como prescindible. Si las estructuras son diferentes, autóctonas y tanto de derechas como de izquierdas (o sea transversales), está claro que tienen una entidad política propia y eso les debería definir como pueblos con derecho a decidir su futuro. Si, además, son anteriores a la instauración de las autonomías, como es el caso de Cataluña, no se puede responsabilizar de su creación al sistema educativo o a los medios de comunicación públicos, ya que vienen de mucho antes de la instauración de la Generalitat.

Una vez establecidas estas asimetrías, hay que ver cómo se les da salida, porque está claro que es una realidad y que, si no se hace nada, la situación se irá enrareciendo cada vez más. Por el momento, la mejor respuesta que had dado desde el gobierno del PP ha sido cuando han callado, porque cuando abren la boca apuntan algunos independentistas más a la lista. El PSOE va hablando de federalismo, pero no se acaba de entender muy bien qué diferencia supondría con respecto a la situación actual, más allá de un cambio de nombre. El PSC ha hecho la propuesta de un federalismo asimétrico donde Barcelona fuera cocapital y acogiera organismos e instituciones como el Senado, por ejemplo. No sé si es una buena solución. Yo creo que lo que se quiere en Catalunya es una mayor capacidad de organizarnos, no que se instalen organismos que tampoco dependerían de Cataluña, sino del gobierno español y el único beneficio sería traer negocio hacia aquí. Negocio institucional, que es precisamente el que está en el punto de mira de los recortes.

En todo caso, la solución que se adopte debería blindar ambas partes contra utilizaciones partidistas para obtener réditos electorales porque, aunque la base de las tensiones existe más allá de los partidos, la tentación de usar el tema como cortina de humo para los dos bandos es demasiado fuerte. Y si no, mirad cómo se frota las manos Mas a la espera de una mayoría absoluta, después de unos resultado desastrosos en la legislatura. Y el PP va atizando este fuego: mientras navega entre recortes y rescates consigue balones de oxígeno defendiendo la indivisibilidad de España.

Desde la oposición, ERC se ha centrado prácticamente del todo en encontrar el camino más rápido hacia la independencia y sólo hace menciones puntuales a las políticas sociales. El PSC se focaliza mucho más en el fracaso de Mas en el objetivo de levantar la economía, pero el intento de encontrar alternativas a la independencia le hace perder fuerza y ​​desvía su mensaje. Para mí, quien se ha posicionado de una manera más correcta ha sido ICV-EUiA, que ha aceptado el derecho a decidir de los catalanes sin complejos, como algo evidente y natural. No plantea la independencia ni como un abismo ni como Ítaca, simplemente como una posibilidad más a tener en cuenta. Y esto le ha permitido volver a focalizarse en los problemas realmente importantes que son el paro, la pobreza y las desigualdades cada vez mayores.

jueves, 11 de octubre de 2012

España 2022

Traducción de Espanya 2022


Esta semana el señor Rajoy ha calificado de disparate de dimensiones colosales el hablar de separaciones. Dice que hay quien no se ha enterado de que las fronteras tienen los días contados y que la tendencia es a ser más grandes; que hoy en día se puede ser casi todo, menos pequeños.



Parece que quien no está enterando es él. Está criticando un discurso muy diferente al que están planteando la mayoría de partidos catalanes que proponen la independencia de Cataluña. Para empezar, Artur Mas intenta no mencionarla, ya que lo que propone es un estado propio dentro de la Unión Europea. En la misma línea, el 12 de septiembre (justo un día después de la manifestación) CiU ICV y ERC y BNG hicieron llegar una carta a los diputados del parlamento europeo para pedir su apoyo en un supuesto proceso de independencia. El propio lema de la manifestación dejaba bien claro la vocación europea. Esto no es ser pequeños, señor Rajoy, sencillamente es pedir al interlocución directa, sin pasar por el gobierno español.
De todos modos, vamos a ver hacia dónde va la Unión Europea y a preguntarnos por el papel del estado español dentro de 10 años, en el supuesto de que no se haya roto la Unión, claro. Obviemos, por un momento, todas las reivindicaciones actuales de Cataluña y recorramos lo que pueden ser las grandes líneas que marcan las políticas de los estados actuales:

Economía. Actualmente Rajoy no deja de pedir que se avance en la integración bancaria y fiscal dentro de la Unión Europea. Esto implicará que, cada vez más, las decisiones en estos terrenos no las tomará un gobierno español sino europeo. En cuanto a las políticas económicas, los diferentes rescates van acompañados de condiciones que recortan la soberanía de los gobiernos en estos ámbitos.

Mercado laboral. El otro día leía en algún periódico que era poco sostenible que países rescatados tuvieran unas condiciones laborales más rígidas que los países que los están ayudando. Esto implica que las condiciones impuestas en este sentido van más allá de que se consideren necesarias: se trata de no provocar un rechazo en los países que aportan los recursos. A la larga, la regulación laboral es lógico que se homogeneice si los trabajadores pueden circular libremente.

Seguridad social. La crisis puede aumentar la movilidad geográfica. Mantener diferentes sistemas de prestaciones será provocar también agravios comparativos y, a la larga, supongo que se tenderá a hacer un único sistema de pensiones que recoja las cotizaciones que se hayan ido haciendo en los diferentes países.

Sistema sanitario. La red de grandes hospitales se deberá coordinar mejor si queremos aprovechar recursos. Si es necesario compartir instalaciones que es posible que sean demasiado caras para tenerlas en todos los hospitales, se deberá estudiar la red en su conjunto. Un hospital de Salamanca, ¿se deberá combinar con el de Girona? ¿O quizás mejor con el de Oporto? En cuanto a la red de asistencia primaria, debe ser algo cercano a los ciudadanos. Quizás no tiene mucho sentido organizarlo a nivel de toda España, sino en niveles inferiores, tal como se hace ahora, o incluso a nivel municipal.

Educación y cultura. La educación universitaria ya se ha ido homogeneizando con el plan Bolonia. Supongo que los criterios generales se irán acercando más. En cuanto a la educación primaria y secundaria, así como las especificidades territoriales de las universidades y las políticas culturales, ¿tiene sentido que se hagan a nivel de toda España? Seguramente para el Señor Wert sí. Yo creo que los ámbitos de implantación de diferentes realidades lingüísticas acabarán prevaleciendo.

Infraestructuras y energía. Con el fin de las vacas gordas, las infraestructuras se deberán mirar con lupa y coordinar muy bien, para evitar ineficiencias. Y más aún si hay aportaciones importantes de la Unión Europea. Lo mismo ocurrirá con la energía. El aprovechamiento de recursos se tendrá que planificar a nivel lo más alto posible, mientras que las fuentes de menos potencia, pero más distribuidas (eólica, solar, mareas, etc.) se gestionarán a nivel regional o, quizás también, municipal.

Política exterior, defensa y seguridad. Hoy en día, cualquier movimiento de la Unión Europea para pronunciarse sobre los problemas de relaciones internacionales es muy farragoso. A medida que el gobierno europeo tome fuerza en otros aspectos, en éste también aumentará el margen de maniobra, por una simple cuestión de que necesitará tenerlo si quiere responder a los problemas a tiempo. En lo que respecta al ejercito, algunos países, como Gran Bretaña, lo han empezado a reducir raíz de la crisis. Si es necesario optimizar recursos y, partiendo de la base que no nos atacaremos entre nosotros, tendría bastante sentido un ejército europeo. Sobre todo si realmente se empieza a hacer una política exterior común. En cuanto a la policía, lo más óptimo acabará siendo un cuerpo europeo de investigación (rollo FBI en los Estados Unidos de América) y policía local, seguramente a nivel municipal.

Deportes. Parece que la liga de fútbol corre el peligro de dejar de ser rentable, porque sólo ganan dinero los clubes más grandes. Si queremos concentrar clubes grandes, ¿qué mejor que una liga europea? Eso sí que cohesionaría ... En cuanto a las federaciones, hoy en día ya hay algunas subestatales (Escocia, Gales, etc.). Y no hay más porque algunos estados lo impiden, que si no ... Así, es posible que España no tuviera que seguir unida en este ámbito tampoco.

Monarquía. Este gran activo de la marca España, personalmente, lo cedería a algún país con superávit de elefantes y le encomendaría la misión de regular la población. Pero sin escopeta, a golpes de cadera.

Algunas de las propuestas que he expuesto supondrían tensiones entre los diferentes estados actuales. Por ejemplo, la imposición de condiciones a cambio de un rescate como ya vemos que está pasando. Pero la solución ya está apuntada: elecciones presidenciales directas a nivel europeo. Que todos puedan votar el presidente de la Unión Europea por sufragio universal. Si esto se produce, la legitimación que tendría un gobierno así impulsaría aún más los cambios anteriores. También he ido hablando de municipios. Quizás no serían como ahora, sino una especie de mancomunidades con suficiente masa crítica para mantener los servicios.

Si realmente terminan yendo por ahí los tiros, Señor Rajoy, habrá tenido razón en que el tamaño importa, pero seguramente la escala no será española, sino europea. Ni España ni Cataluña serán independientes, pero en los asuntos más cercanos, como por ejemplo la enseñanza y la cultura, el ámbito español no creo que incluya Cataluña. Yo ya tengo bastante con esta independencia. Y todo esto no tiene por qué implicar rupturas. Podría llegar a ser un proceso gradual, en que las estructuras fueran cayendo por su propio peso, sin traumas ni enfrentamientos. Y canalizando la solidaridad a través del gobierno europeo, tal y como ya se hace ahora entre los diferentes estados.