sábado, 8 de febrero de 2014

Una conversación bitter

Traducción de Una conversa bitter

El bitter es una bebida que comienza pareciendo dulce, pero que cuando acabas de tomarla te deja un sabor amargo. La conversación del otro día en Salvados entre Mas y González fue como un bitter. Mientras la estaba terminando de ver tenía un sabor agradable. Aquellos dos personajes con posturas tan diferentes, hablando de una manera calmada y exponiendo sus razones, dejando la puerta abierta a un entendimiento, era una escena poco frecuente hoy en día. Y pensé que entendía que, durante bastante tiempo, había tenido la sensación de vivir en una democracia. La conversación presentaba a la vez posturas muy diferentes y actitudes de acercamiento por las dos partes. No sé si definiría a Artur Mas como un líder carismático pero está claro que sabe expresarse con tranquilidad y seguridad. Tampoco sé si Felipe González aún tiene mucho carisma o es que a mí me recordó las muchas veces que lo había oído, ya hace mucho tiempo. No en vano, después de muchos años, era el primer presidente de gobierno que no había participado en los órganos de poder de la dictadura. A esta dulce bebida nos tenían acostumbrados en otra época, e íbamos bebiendo carisma y delegando nuestro poder en líderes como estos.

Y esta dulzura, el recuerdo de esta sensación de democracia, hacía más amargos los argumentos de Felipe González. Desde un principio empezó a cerrarse en ol "que es posible". Para él, plantear la independencia es apostar por un imposible que sólo lleva frustración. Me recordó lo que yo había llamado nospotismo en una entrada de hace tiempo. La gente no puede ser consultada , porque esto puede traer conflictos . A medida que fue avanzando la conversación se empezaron a ver los colmillos de un lobo. Primero fue el argumento de que si los últimos 30 años, que habían sido los de un mayor autogobierno desde 1714, habían conducido a la posibilidad de la independencia, ¿qué conclusión se sacaba? Concretamente, la pregunta fue: "¿Qué cree que van a decir?" No especificó quiénes eran los que tenían que pronunciarse. Quizás respondió un poco más adelante cuando dijo que si nos embarcamos en un camino hacia lo imposible, se aumentará la fractura dentro Cataluña y entre Cataluña y España, y acabará despertando el nacionalismo español frente a esta deriva. Bueno, aquí ya dibujó el lobo entero. Parece que hay alguien que otorga el autogobierno y espera gratitud a cambio. Porque el autogobierno no es del pueblo sino de un ente magnánimo, que le deja jugar un rato. Pero ese alguien no tiene paciencia infinita y puede despertarse en cualquier momento si ve que las cosas no van como cree que deben ir. Se ve que el dueño del perro, cansado de oírlo ladrar decidió ponerle una cadena más larga. Ahora el perro se cree que vive en libertad ¡Inocente!

La amargura es más fuerte cuando miramos lo que pasa en el resto de ámbitos. No en el autogobierno de Cataluña, sino también en el aumento de la represión policial, el blindaje de los gobernantes (¿recordáis las palabras de Felipe González contra los "escraches"?), las políticas económicas que favorecen a los poderosos, etc. El nacionalismo español del que habla en esta conversación no es, como en el caso de otros nacionalismos, un sentimiento de pertenencia a una nación, sino un sentimiento de pertenencia de una nación. Los nacionalistas españoles a los que alude consideran que España es suya: una, grande y ellos libres de hacer lo que quieran con ella. Felipe nos está avisando de que estamos democrateando por encima de nuestras posibilidades, que el juguete no es nuestro, sino que es un préstamo . Y si nos portamos mal vendrá el dueño, se enfadará y nos lo quitará de las manos de mala manera. ¿O no recordamos que ya ha pasado otras veces ? ¿O (como menciona también en la conversación) no recordamos que también pasó, no hace mucho, en la antigua Yugoslavia?

No son amenazas, sino advertencias de alguien que luchó por conseguir la democracia. Parece que el otro día nos estaba contando que realmente no se logró, que sólo se pudo convencer de que la cadena era demasiado corta y de que el perro no querría marcharse si no se sentía demasiado atado. Ahora ya hay una generación entera a la que se le ha explicado que no hay cadena y otras generaciones anteriores nos hemos creído que había desaparecido. ¡Y resulta que hay que tener miedo, porque la cadena no se ha ido nunca!

Si, en mi opinión, Mas salió mejor parado en esa conversación, no es porque sea mejor orador que González, sino porque tiene a la gente empujándolo y estirándolo. Mas habló de los que se manifiestan en la calle y González habló del diálogo entre las fuerzas, del juicio de los dirigentes europeos, del margen de maniobra de Rajoy. Y del miedo al lobo. Evidentmente, Mas pudo desde el punto de vista de la gente en este tema. No lo podría hacer en otros. Seguramente lo que necesitamos no es carisma, sino alguien que canalice la fuerza de la gente. Y que sea fiscalizado por esa misma gente.

El bitter tiene una propiedad muy buena, y es que la amargura final te quita la sed. Últimamente tenía sed de carisma. Lo noté al beber en la entrevista , pero la amargura del final me la quitó .

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