domingo, 28 de abril de 2013

Pijo-riquismo

Traducción de Pijo-riquisme

Esta semana ha habido dos noticias prácticamente simultáneas: el anuncio de que en España ya hay más de seis millones de parados y las declaraciones de la delegada del Gobierno en Cataluña piensa que es importante que haya ricos y pijos para que consuman y gasten.

Evidentemente, la oportunidad del comentario es nula. Es posible que lo maticen en los próximos días, o que nos "expliquen" el que realmente quería decir esta gran estadista. Es igual. La patada ya está dada y se suma al cúmulo que van dando desde hace tanto tiempo.

Pero, aparte de que el comentario esté fuera de lugar, es muy esclarecedor de la filosofía que hay detrás de quienes nos están gobernando. Y no sólo en España: también en Cataluña, en Europa y mundialmente, aunque no exista un gobierno nominal a ese nivel.

Bautizaremos esta teoría económica como pijo-riquismo en honor a la señora Llanos de Luna, que tan bien nos lo ha explicado. La economía, incluso en una época de austeridad como el actual, debe basarse en el consumo y el gasto. Pero no vale cualquier consumo: el de los pijos y ricos es lo que realmente "anima". Está claro que la gente que apenas llega a fin de mes no hace una gran aportación a la economía. En cambio, si los pijo-ricos gastan bastante dinero, es posible que caigan más migajas para el resto de la sociedad, y así podremos vivir un poco mejor; muy lejos, claro está, del nivel de vida de los pijo-ricos.

Bueno, no es nada nuevo. La famosa clase media se estaba haciendo demasiado grande y no era sostenible, así que hay que limitar el círculo de privilegiados, dejarlo en el núcleo reducido que siempre ha seguido existiendo, aunque nos pensáramos de que no era así. De esta manera, este círculo puede seguir con su ritmo de vida, quizá aumentarlo, y distanciarse finalmente del resto de mortales (porque, al fin, también lo son).

La verdad es que no es del todo criticable, desde nuestra posición de países del primer mundo (o primero y medio, si queréis). Nos hemos estado comportando como pijo-ricos ante todos los países del tercer mundo, consumiendo lo que producen en condiciones lamentables y escudándonos en que con nuestras migajas ellos están un poco mejor de lo que estarían sin este trabajo.

En una de las tiras del genial Quino, Susanita le decía a Mafalda que, cuando fuera mayor, organizaría cenas de beneficencia donde se serviría caviar langosta y otras exquisiteces, y recaudarían dinero para comprar fideos, sémola, arroz y todas las demás cosas que comen los pobres (poniendo cara de asco).

Gracias, señora delegada del gobierno por pintarnos tan claramente la imagen de lo que no queremos, por indicarnos el camino que deberíamos seguir, aunque sea con la técnica de los fantasmas de la canción de Navidad de Dickens. Mentes preclaras como la suya nos ayudan a no confundirnos, aunque quizás no fuera la intención de la declaración, aunque fuera una declaración desintencionada.

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